Pese a tener un 75 por ciento de sus bosques protectores fragmentados; 56 por ciento de la cobertura medianamente transformada y 42 por ciento transformada, todavía le queda una esperanza de salvación a la cuenca del río Pamplonita.

Así lo dieron a conocer expertos de la Universidad Francisco de Paula Santander (Ufps) que, ayer, presentaron los resultados de un estudio sobre el acotamiento de la ronda del cauce de las quebradas Monteadentro, El Rosal y Navarro, y el cauce principal de la cuenca del río Pamplonita, en Pamplona.

Si bien los resultados son alarmantes, con solo el 1.7 por ciento del área de cobertura natural poco intervenida, la oportunidad se da con la incorporación de los resultados del estudio al plan básico de ordenamiento territorial de Pamplona.

“El municipio debe declarar áreas de protección e incorporarlas en la zonificación ambiental como áreas de protección”, dijo John Suárez, decano de la facultad de Ciencias Agrarias de la Ufps.

Según el docente, la Gobernación, Corponor y las demás entidades obligadas a preservar este ecosistema también deben aportar recursos para proteger dichas áreas.

“Si se aplica el estudio, hay que alinderar, proteger y revegetalizar”, agregó, en vista de los cambios dramáticos que ha tenido el suelo.

Por ejemplo, se encontró que para el año 2002 se registró un total de 1.587 hectáreas de coberturas naturales, es decir, el 44,2 por ciento del área total de estudio.

En 2015, el registro de coberturas fue de 1.490 hectáreas, equivalentes al 41,6 por ciento del área total de la zona de estudio.

La afectación evidenciada, según Judith Ortega, bióloga asociada al proyecto, se comprobó en la pérdida de biodiversidad y de la continuidad de la vegetación.

Según Ortega, la pérdida de coberturas es más evidente en la vereda Navarro, donde se perdió la mayor parte (35,9 por ciento), seguida por Monteadentro (17,3 por ciento) y el casco urbano de Pamplona (10,4 por ciento).

Las coberturas más afectadas corresponden a los bosques fragmentados, bosques y herbazales que fueron transformados principalmente en pastos y mosaicos de pastos, cultivos, en su mayoría de papa y fresa.

Aunque Corponor ha comprado algunas hectáreas para preservación, la comunidad sigue cultivando incluso en la zona de la ronda, dentro del mismo río, según se explicó.

La oportunidad

En las evidencias del estudio se detectó la contaminación del río con aguas residuales en su ingreso al área urbana de Pamplona.

“Cuando la quebrada Monteadentro y Rosal entran a los primeros barrios hay algunos puntos sin control de vertimientos, porque no están conectados al alcantarillado municipal sino que se vierten directamente al cauce”, comentó Suárez.

Con estas evidencias, sumadas al perjuicio forestal, urge que la alcaldía de Pamplona ajuste su política territorial de protección de las rondas del río.

Juan Carlos Uribe, secretario de Vivienda y Medio Ambiente aclaró que el estudio no es de obligatorio cumplimiento pero “en un acto de buen gobierno, debería tomarlo; además no le cuesta un solo peso”.

Por su parte, Ortega indicó que a la alcaldía y Corponor se les están entregando estudios en los que pueden hacer ajustes, y espera que los resultados académicos tengan un impacto en las decisiones político-administrativas.

Lo nuevo

En este proyecto se utilizó la metodología definida por el ministerio de Ambiente para establecer la ronda hídrica, superando los 30 metros que se solían definir para ello.

De acuerdo con el proyecto, lo que actualmente propone la zonificación de la cuenca del río Pamplonita como categoría de protección y conservación en esta zona alta es de 1.844 hectáreas.

Sin embargo, el área que se propone con base en los resultados para ronda hídrica  equivale a 1.983 hectáreas.

Esta mínima diferencia de 139,8 hectáreas, equivalen al 7 por ciento adicional.

Con esta porción adicional de terreno se ampliaría la preservación de los 18.09 kilómetros que cubren la longitud de trayecto del río desde su nacimiento hasta el punto final del estudio realizado.

La Opinión