“Te apresuraste en la salida”, fue la frase con la que Alexandra Díaz recibió a su hijo luego de una de las competencias que se cumplen en el Festival XLI Nacional Interclubes y el Nacional Interligas categoría juvenil.

Ella hace parte de la delegación de Boyacá, en la que está su hijo Jorge Ortega Díaz.

Alexandra asegura que desde que su hijo decidió dedicarse a la natación, tuvo claro que lo más importante sería acompañarlo en cada competición.

Por eso, ha llorado las derrotas y también ha celebrado cada victoria de su pequeño en las cuatro competencias nacionales que ha estado.

“Yo siento que soy su motor que le ayuda a nadar”, por eso lo acompaño, por eso decidí estar siempre afuera de la piscina esperando sus buenos resultados.

Como Alexandra, son varias las madres de los pequeños que hacen parte de esta competencia inició este martes en el Complejo Acuático de Norte de Santander.

Desde las tribunas alienan a sus hijos, sin importar cuál sea el resultado.

“Cuando le va mal se pone muy triste y siempre me busca para sentirse mejor”, agrega.

“Eres el mejor”, grita desde otro rincón del escenario deportivo un hombre que tiene los ojos puestos en la competencia.

Su hijo no tuvo un buen resultado y esas fueron las palabras con las que recibió al pequeño luego de salir de la piscina.

Una sana competencia

Cuando no están en las piscinas, otro es el ambiente que se vive con los cientos de niños que hacen parte de las 22 delegaciones que asistieron a la capital nortesantandereana.

Todos los pequeños y jóvenes comparten temas en común antes de entrar en competencia, hacen nuevos amigos, hablan sobre los eventos en los que han estado e inclusive se toman fotos entre ellos para el recuerdo.

Sin embargo, otra es la actitud cuando están dentro de la piscina.

Jorge Ortega asegura que los competidores que asisten al presente festival de natación son muy amigables.

“He podido hacer muchos amigos durante estos días que he estado en Cúcuta, sin embargo ellos deben entender que yo soy un compteidor más”, asegura. Jorge se sumergió por primera vez en una piscina a los 6 años y ahora a los 12 ya ha adquirdo experiencia de cada competencia en la que he estado”.

“Lo que le digo a los demás niños es que cuando estamos dentro de la piscina soy un rival que tienen que vencer, ahí no vale la amistad”, finalizó.