Se acaba de realizar en Bogotá en medio de fervor entusiasta y concurrida asistencia la Asamblea del Partido Liberal. Desde hace más de cuatro meses, de acuerdo con los estatutos y reglamentos de la colectividad, estaba convocado el Congreso Nacional, pero un fallo de tutela de última hora, que ha sido muy cuestionado, hizo cambiar de planes.

Pero aunque hubo amagos de los leguleyos que nunca faltan para sabotearla, esta asamblea no pudo ser más legítima y representativa de todos los intereses y sectores del liberalismo. Los delegados de las diferentes regiones del país fueron escogidos en asambleas populares previa la convocatoria de las directivas nacionales. Expresidentes de la República, exministros, congresistas en ejercicio, exgobernadores, exalcaldes y los más destacados e influyentes dirigentes liberales del país participaron activamente en sus deliberaciones, que fueron como un abrebocas de las jornadas políticas y electorales que se avecinan.

El presidente Juan Manuel Santos aprovechó su intervención para “cantarle la tabla” al actual senador y líder del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, a quien parece no gustarle nada de lo que hace o deja de hacer el actual gobierno, en lo que lo secunda aviesamente el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez.

El presidente se cansó de las malévolas insinuaciones del expresidente Uribe Vélez en sus críticas y arremetidas al proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana. Recordó Santos que sus hijos y sus hermanos no están involucrados en líos judiciales y que ninguno de sus funcionarios está en la cárcel o es prófugo de la justicia. Y pidió a los colombianos responder a la propuesta de Uribe de “una resistencia civil” al proceso de paz con una multitudinaria y contundente movilización popular contra la guerra. También  recordó que la tal “resistencia civil” es la misma de la que habló en su momento cuando se refería a “refundar la patria” el jefe paramilitar Carlos Castaño.

Interesante también la intervención del expresidente César Gaviria Trujillo en esta asamblea liberal, quien fue claro en señalar que al procurador, en Colombia, “no lo hemos declarado emperador”, como él jefe del Ministerio Público se lo cree e imagina.

Gaviria le pidió a la militancia liberal que tuviera calma y que “no serán puestos ni contratos quienes decidan por la voluntad del pueblo colombiano”.

La asamblea liberal expidió al final de sus deliberaciones una declaración en la que ratifica su respeto y acatamiento a la rama judicial del Poder Público, con profundo compromiso democrático.

Pero rechazó “por inapropiada, inconveniente, extemporánea y arbitraria, la decisión asumida por un funcionario de la Justicia Contenciosa Administrativa, por medio de la cual se suspendió la realización de nuestro VII Congreso Nacional”.

“El VII Congreso Nacional Liberal fue convocado hace más de cuatro meses. Nadie puede explicarse la razón de la mencionada decisión, a pocas horas de su instalación, cuando las delegaciones de todo el País ya habían llegado a Bogotá, estaba dispuesta y pagada la logística necesaria para su realización y cuando ya, por comenzar el fin de semana, no existían términos para presentar recursos contra la atrabiliaria medida. El Partido se ha reunido con alegría, según lo permiten nuestros derechos constitucionales. Hemos deliberado constructivamente, alrededor de los altos intereses nacionales y de los colombianos. La decisión comentada del funcionario judicial ha impedido que se cumplan los objetivos principales para los cuales se convocó el VII Congreso. Todo lo cual se realizó de acuerdo a los Estatutos aprobados en 2002, según lo ordenó el Honorable Consejo de Estado”, dice la declaración final de la asamblea.

Anunció también que a partir de este lunes “el Partido Liberal hará uso de todos los recursos y posibilidades legales para dejar sin efecto la arbitraria medida y desenmascarar ante la Justicia y ante el País al cuestionado funcionario”.

Y finalmente consignó: “Con decisión, con convencimiento, con compromiso liberal, ratificamos nuestra más expresiva confianza a las autoridades actuales del Partido y las exhortamos a que, como hasta ahora lo han hecho, continúen cumpliendo sus deberes en beneficio del Partido y del pueblo colombiano”.

En todo caso, el liberalismo demostró con este frustrado congreso, que representa un importante sector dentro de los colombianos y que está tratando de reorganizar sus filas para enfrentar los próximos acontecimientos que se vivirán en el país político.