Aunque desde hace dos años el Centro Integral de Atención a la Familia (Ciaf) Niña Ceci seguía con las puertas abiertas, la atención al público era casi nula. Las decenas de cursos y capacitaciones que se dictaron durante años se podían contar con los dedos de la mano, y la falta de continuidad terminó por dejar las aulas vacías.

Hace un par de semanas, con el retorno de Calixto Mantilla, a la administración del Ciaf el panorama empezó a cambiar. Se abrieron nuevos cursos y se empezaron a recuperar espacios  y herramientas sin utilizar.

Mantilla, volvió a su antiguo puesto luego de 8 años y denunció una serie de irregularidades que encontró desde el primer día en el abandonado escenario.

Con preocupación asegura que tras su salida en 2008, en el inventario del Ciaf habían  27 máquinas planas en los talleres de confección. Solo encontró 8 máquinas y recibió esta semana dos nuevas.

“Los computadores del Ciaf desaparecieron mágicamente. A mi salida habían 25 computadores sin estrenar y ahora hay 18 equipos para los cursos de sistemas y son propiedad del Sena”, explicó el funcionario.

Una situación similar pasó con parte del mobiliario: solo encontró 80 de las 350 sillas con las que estaba dotado el centro.

Las instalaciones del lugar inaugurado  hace 24 años también estaban en regulares condiciones por lo que urgió una inyección económica para reparar baños y el sistema eléctrico.

La comunidad se mostró satisfecha por el nuevo rumbo que empezó a tomar el Ciaf  puesto que se abrieron nuevamente los cursos de panadería, cocina, belleza y atención integral a la primera infancia.

Aunque les toca tomar las clases en pupitres remendados se empezaron a matricular con la esperanza de que la administración municipal realice una importante inversión en el Ciaf.

Adicionalmente, se habilitaron oficinas del Sisben, Más Familias en Acción, Secretaría de Equidad de Género, y próximamente estará en funcionamiento una sede de la Secretaría de Gobierno.

La Opinión