Más de 400 hectáreas de palma de aceite, sembradas en Tibú, se vieron afectadas por los incendios forestales de las últimas dos semanas en esa zona de Norte de Santander.

Esta situación compromete la producción y la calidad del fruto, debido a la fuerte sequía que azota al departamento desde 2014. A esto se suma el alza del dólar y la disminución del precio al agricultor.

Rodrigo Lara, palmicultor, indicó que la decisión del Gobierno Nacional de disminuir a cero los aranceles para el aceite importado, mermará los ingresos de los productores entre un 12 y 22 por ciento.

“Los campesinos siempre pagamos las consecuencias de las decisiones de Gobierno para controlar la inflación,  porque nos disminuyen los precios de la materia prima, pero sabemos que el precio final del producto (el aceite), no disminuirá en los anaqueles”, acotó.

Tras la situación del sector, el productor de palma  indicó que es necesario que se establezca un tratamiento especial  o la reestructuración de créditos para los agricultores

La Federación Nacional de Cultivadores de Palma (Fedepalma) rechazó la reducción del arancel al aceite importado, porque es contradictorio.

El Gobierno, por un lado, impulsa la iniciativa del Plan Colombia Siembra, con la meta de sembrar un millón de hectáreas en los próximos dos años, de las cuales 150.000 hectáreas corresponden a palma de aceite.

Y por el otro lado, elimina los instrumentos de apoyo para fortalecer la producción nacional.

La agroindustria de la palma de aceite es una actividad que agrupa alrededor de 6.000 cultivadores, en su mayoría pequeños y medianos productores, de 125 municipios y 20 departamentos del país, que verán sus ingresos mermados por la disminución de los aranceles.