El proceso de concentración de los guerrilleros no debe durar más de seis meses, según Jorge Restrepo.
La Fuerza Pública será la encargada de la seguridad de las Farc: Cerac
Hace poco más de diez años, en 2005, cuando la violencia armada en Colombia era muy crítica, el país empezó a escuchar del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos(Cerac), orientado por varios investigadores y académicos, entre ellos el economista Jorge Restrepo, quien hoy lo dirige.
Restrepo ha logrado un análisis más preciso a las cifras del conflicto, en especial a lo largo del proceso de paz que negocian el Gobierno y las Farc en Cuba.
Su trabajo de investigación en este centro de estudios se ha centrado en el análisis de los conflictos armados y la violencia. Su visión sobre la última parte que le espera a este proceso de paz es muy contundente.
(El analista del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos habla de cómo los colombianos deben entender la etapa final del proceso que abre el paso al posconflicto.)
El hecho de que se haya definido un mecanismo tripartito de verificación entre el Gobierno, las Farc y la ONU, ¿de qué sirve en el proceso de paz y en qué se diferencia con otros escenarios internacionales de conflicto?
Este es un mecanismo que le da garantías a las Farc, en el mediano plazo, de seguridad y de cumplimiento; porque una de las preocupaciones de la guerrilla es qué puede suceder si llegara a haber un repudio en general a los acuerdos en un próximo gobierno. También da garantías al Gobierno Nacional, al que preocupa que haya un repudio de los compromisos, pero por parte de la guerrilla, en particular al de abandonar el uso de la violencia, extorsión y dejación de armas.
¿Qué garantías le da a la sociedad?
Por el carácter tripartito que tiene el acuerdo, también le puede dar garantías a la sociedad colombiana, pero en particular, esta es una gran oportunidad para que la oposición política al acuerdo y a la negociación se sume. El hecho de que el mecanismo sea tripartito y descanse en una decisión a nivel del Consejo de Seguridad de la ONU, es una garantía para el Centro Democrático, por ejemplo.
¿Cómo harán entonces para que no parezca que se ‘montaron’ a última hora en ‘el tren de la paz’?
Ese es un costo político que tiene que asumir el uribismo para sobrevivir políticamente.
¿Qué significa para el proceso que esa presencia en las zonas no sea por parte de los cascos azules, como ocurre en otros conflictos?
Significa un altísimo grado de confianza de las Farc en las Fuerzas Militares de Colombia, porque quien va a tener las tareas de protección, de garantías de seguridad, va a ser la Fuerza Pública colombiana.
Este proceso de desmovilización y la presencia de la ONU con la participación de Celac no va a ser un proceso de un mes o dos meses...
Estos proceso de dejación de armas, de verificación y monitoreo deben durar entre 5 y 10 años. Es muy importante que tenga una duración larga, porque la construcción de paz usualmente requiere un sustento en el desarrollo de las comunidades, donde se ha enraizado la violencia, pero también con la necesidad de prever nuevas amenazas en materia de seguridad.
¿Entonces los colombianos tendrán que acostumbrarse a ver a las Farc concentradas, por lo menos por unos dos años?
No creo, creo que el proceso de concentración debe ser breve, mientras se produce el desarme y la verificación de los antecedentes de las personas y su entrada por las diferentes puertas a los mecanismos de Justicia Transicional.
Yo le pondría una concentración que no debe durar más de seis meses. Tenemos que aprender del proceso de desmovilización de las Auc, creo que se puede permitir un proceso gradual de concentración en el tiempo, pero no puede durar casi cuatro años como el de las Auc.
Pero en el acuerdo inicialmente se dice que la verificación estaría 12 meses, con la posibilidad de extenderse...
Pero eso sería la misión de monitoreo y verificación de los acuerdos, no tenemos el detalle de si esa misión va a estar verificando los programas de contribución al abandono de las economías ilícitas, o en el desarme. O si sólo va a verificar los acuerdos de cese bilateral.
¿Las Farc buscarían ampliar esa concentración con las armas en su poder, y con vigilancia internacional?
El proceso de paz tiene que conducir muy rápido a la dejación de armas, por lo menos a confiar esas armas a un tercero que transparentemente y con confianza de las partes, las tenga más allá de su uso. Esto es lo que le falta al proceso de negociación, es necesario para que mejore la credibilidad de la opinión pública, que las Farc hagan una manifestación inequívoca de abandono de la violencia.
Con los recientes avances de la mesa ¿qué temas álgidos han aceptado las Farc?
Las Farc aceptaron que se involucraran las Naciones Unidas, el desarme, que son victimarios, que eventualmente se les pueda demostrar que son responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad y que esas personas no participarán en política hasta que cumplan su pena. Aceptaron también que tienen economías de guerra.
En la refrendación la insurgencia insiste en una Constituyente, pero aceptaron discutir el mecanismo del Gobierno...
Ese es un riesgo que persiste, porque ellos no han abandonado esa idea. Puede darse el caso de que en el día definitivo de la terminación de las negociaciones digan que si no tienen una Constituyente en determinado periodo, no firman el acuerdo. Es un riesgo mínimo que no debe descartarse. Esperaría que no se abriera esa puerta, porque implica que el apoyo que tiene el proceso se pueda afectar.
Pero en un mediano plazo, cuando avance la construcción de la paz, ¿no se haría necesaria una Constituyente?
No se puede, porque nuestro ordenamiento constitucional lo impide. Una Constituyente en este momento sólo se puede convocar por un referendo de una sola pregunta, sería muy difícil.
¿Qué hay de bueno y de malo que sean miembros de Celac los observadores?
Celac no va a tener como organización ninguna injerencia en la organización de la misión. Probablemente quien presida la misión para las Naciones Unidas va a tomar la decisión de a cuáles países de la Celac invitar con determinados expertos. No serán solo militares, a mi juicio esta misión tendrá más abogados que exmilitares.
Precisamente hay una percepción de que quienes la integrarán serán personajes de la talla de Pepe Mujica u Óscar Arias ¿Ese deberá ser el perfil?
Las labores de monitoreo por fortuna en Colombia las hacen las personas que están en los territorios, como la Iglesia, las organizaciones comunitarias, de Derechos Humanos, ellos son quienes observan lo que pasa en el terreno. Por eso la organización lo que tiene que hacer es crear relaciones con todas esas fuentes y diseñar una metodología para conocer qué es lo que pasa allá. Esa es la labor de monitoreo.
Si se registra eventualmente una violación en ese periodo de concentración, con la justicia transicional operando ¿le competerán esos casos a la Jurisdicción Especial?
Si es una violación sí, porque a mi juicio la misión de observación deberá recoger información que podría llegar a ser utilizada como prueba en los tribunales especiales, en aquellos casos en los que esas conductas puedan conducir a una pérdida de beneficios. Lo mismo ocurriría con la contraparte. Estas misiones deben tener la capacidad de desplegarse muy rápido y tener una respuesta oportuna ante eventuales violaciones.
Las Farc anunciaron que empiezan a discutir el tema del paramilitarismo ¿qué puede llegar a alcanzar la mesa en ese punto?
Eso está en el tema de implementación y garantías. Lo que se puede esperar es que Colombia implemente un programa de prevención de la reemergencia del paramilitarismo de alcance nacional. Es un riesgo muy grande porque existe una amenaza. No podemos tapar con un dedo que en algunas zonas el paramilitarismo se rearmó. Hace bien la guerrilla en hacer sonar campana de alarma sobre este punto.
Cuando se entra en la fase final con las Farc, con el Eln sigue sin concretarse el diálogo ¿qué pasará con ese proceso?
Siento que con el Eln se ha negociado bien, pero con una cúpula que no es respetada por las bases. Además, al interior de esa cúpula hay grandes diferencias. Dudo es que exista la capacidad de cumplir con los acuerdos para iniciar el proceso de paz en este momento. Eso pasó con las Farc en algún momento, había disensos al interior y eso se puede tolerar, lo que es inaceptable es que sigan secuestrando.
Hasta que el Eln no haga una declaración de abandono del secuestro, ese proceso de paz no tiene sentido.
Ante ese panorama ¿la opinión entenderá que aunque se firme la paz con las Farc, vendrán más años de negociación con otra guerrilla?
Sería muy costoso políticamente y conveniente para un candidato que busque darle continuidad a los procesos de negociación. El proceso de paz con el Eln puede convertirse en una bandera electoral, en tanto se prolongue. Sin embargo, la idea es que los acuerdos de las Farc los incorpore el Eln, dentro de su propia agenda en una mesa paralela.
Bogotá | Colprensa
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