Desde hace cinco años la familia Pérez Silva convive con serpientes de diferentes tamaños. Viven al pie de un caño de aguas lluvias y estos animales entran y salen de su casa día y noche.

Libia Silva, una de las afectadas,  asegura que este problema se desató luego de que la Alcaldía construyera un canal de aguas lluvias en el barrio.

La obra quedó inconclusa justo frente a su casa, formando un pozo de casi tres metros de profundidad tras la temporada de lluvias del 2010. Las aguas que bajaban de Siglo XXI,  Aniversario y los barrios Vecinos, excavaron el terreno.

La primera culebra que encontró en su casa estaba enroscada en una gaveta y medía por lo menos metro y medio.

Sus hijos terminaron desechando al animal. Un segundo encuentro la mandó al hospital. Apenas entró a su vivienda se topó con otra serpiente y le mordió un dedo.

“Esa culebra era pequeña, pero me asustó mucho. Me empecé a marear y me llevaron al hospital. Me pusieron el suero antiofídico”, explicó Silva.

Incluso hace pocos días a su pequeña nieta, 9 años, le cayó del techo, mientras comía,  una serpiente de unos 20 centímetros.

“Hemos pedido en las administraciones anteriores la culminación del canal para acabar con este problema y no nos han puesto atención”, dijo indignada Silva.

La semana pasada una nueva visita de estos ofidios le colmó la paciencia. En esta ocasión un ejemplar de más de casi dos metros estaba debajo de su cocina.

Los Pérez llamaron a la Policía Ambiental y a Corponor para que se llevaran el animal, sin embargo saben que estos episodios no pararán hasta que les canalicen este tramo.

*La Opinión