El sismo de la Fifa cada día hace más daño al fútbol mundial, desde el último congreso de la entidad celebrado en mayo pasado cuando el hoy expresidente Joseph Blatter fue reelegido  por quinto periodo como máximo regente del deporte de multitudes, desde que asumiera la presidencia en 1998.

Blatter se preparaba para “perpetuarse” otros cuatro años en la Fifa, pero vio  desplomarse su castillo de naipes  por una delación.

Resulta que el exsecretario general de la Concacaf,  Chuck Blazer, quien trabajó encubierto desde 2011, y fue miembro de Fifa hasta 2013, entregó información al FBI sobre corrupción, por supuestos pagos de más 100 millones de dólares  a miembros de la Fifa.

Dichos sobornos corresponden a la adjudicación de sedes de mundiales de fútbol, mercadeo y publicidad.

Cae Platiní 

Ante la presión de la justicia de Estados Unidos,  Blatter renunció al cargo que hoy preside interinamente el surafricano  Issa Hayatou.

Detrás de Blatter, cayó el exastro francés y expresidente de la Uefa, Michel Platiní quien fue suspendido por 90 días.

Con la suspensión, Platiní perdió toda aspiración de suceder a Sepp Blatter en el trono de la Fifa.

Platiní es acusado de recibir coimas en la gestión de los Mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022.

Dadas las investigaciones, la Comisión de Ética de la Fifa solicitó la suspensión de por vida de cualquier actividad en el fútbol de Platiní, petición que fue demandada por el exdirectivo galo, que la consideró un vejamen a su integridad.

Bomba de tiempo

Pero, la verdadera bomba estalló el 27 de mayo de este año cuando la Fiscalía de los Estados Unidos acusó a 14 directivos y cinco empresarios por haber recibido cerca de 150 millones de dólares por venta y comercialización de derechos de televisión de las Copas Américas de 2011, 2015, 2016, 2019 y 2023.

La Copa Centenario en homenaje a los cien años del torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo se cumplirá del 6 al 23 de junio de 2016, en territorio estadounidense.

Esta denuncia rebozó al Departamento de Justicia que de inmediato inició una persecución contra los máximos dirigentes de la Fifa y de varias confederaciones de fútbol.

La fiscala de Estados Unidos, Loretta Lynch, puso el dedo en la llaga y los dirigentes de la Conmebol y Concacaf  quienes podrían purgar una pena entre 15 y 20 años de prisión por malversación de fondos empezaron a entregarse mientras que otros, reacios a la acción de la justicia estadounidense han sido capturados.

El último de ellos fue el guatemalteco Héctor Trujillo. 

La fiscala general estadounidense, Loretta Lynch, dio explicaciones el jueves sobre la operación. 

“El nivel de traición de la confianza en este caso es indignante y la amplitud de la presunta corrupción es inconcebible”, afirmó.   Cifró en 200 millones de dólares los sobornos que habrían circulado en la Fifa desde 1991. Y prometió perseguir a “cada uno de los individuos culpables que siguen en la sombra”.
       
Se alarga la lista

La cadena de sospechosos por  corrupción de los miembros de la Fifa se ha expendido, al punto de que 14 miembros de de América Latina fueron capturados.

De esas detenciones, siete de ellas se registraron en Suiza, llegando a tocar los hilos de las confederaciones Conmebol y Concacaf, creando convulsión total.

La maraña corrupta atrapó  al expresidente la la Conmebol Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo  de (AUF), José María Marín (CBF), Jeffrey Webb (Concacaf), Rafael Esquivel (FVF), Julio Rocha (Nicaragua) Eduardo Lee (Costa Rica) y  Castas Takkas, agregado de la Concacaf.

El jueves fueron detenidos en Suiza el paraguayo Juan Napout, presidente de la Conmebol, y su homólogo de Honduras, Alfredo Hawitt y ayer Héctor Trujillo.

Ante la difícil situación que vive la Confederación  Suramericana de Fútbol, el uruguayo Wilmar Valdez, presidente encargado de la  entidad, convocó al comité ejecutivo a una asamblea extraordinaria para el 22 de diciembre en la que esperan encontrar una solución rápida para limpiar la imagen de la enlodada Conmebol que se hunde en su propio fango.   

AFP