Por unos instantes, Mayra Lizcano, 35 años, sintió que no había un lugar al cual pudiera escapar del ruido.

Salió a comprar unas babuchas para el disfraz que lucirá su hija Daniela en la noche de brujitas, y en esta zona puede conseguirlas a muy buen precio. 

Está en la avenida sexta, una de las vías más ocupadas por autos, vendedores y gente que camina en toda dirección. También es uno de los sectores más ruidosos, según estudios de la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor).

A las 10 a.m., en el cruce con la calle 9, ya hay cinco carretas de vendedores de dulces y 35 sombrillas multicolores bajo las cuales  se ofrecen principalmente camisetas de la selección Colombia. 

Los dueños de las carretas tienen viejos parlantes para ofrecer confites. Aunque el sonido es infernal, gritan que la oferta es de 200 dulces por 3 mil pesos. Y repiten una y otra vez, su retahíla.

Actúan con sincronía envidiable. Ninguno interrumpe al otro. El tapizado de las carretas es de papel azul brillante. 

“Da risa que en el paso de cebra de los peatones haya un letrero que pide  que ‘respetemos al peatón’, y que sin ningún problema, sobre el letrero, los vendedores instalen sus ventas de todo tipo de baratijas”, reclama Lizcano.

Pero el estrés no solo lo viven peatones. A los comerciantes formales, el caos tiende a afectarlos: no hay quién pueda contra el desorden de los ambulantes. Desde que se fue la Policía Antidisturbios solo quedan unos pocos agentes que poco pueden hacer porque se respete el espacio público.

“No dejan casi ni entrar a nuestros clientes. Le acabamos de decir a la Policía que ayude a controlar el desorden en la avenida sexta, pero dicen que tienen que coordinar con Gobierno”, reclama Estela Araque, administradora de un almacén de zapatos mientras  furibunda retira la basura que dejaron vendedores de maíz asado frente a su negocio . 

A dos cuadras, en los cruces de las calles 6 y 7, otra vez volvieron las carretas. Hay 237, en las que venden perecederos. Están apostadas  a orillas de la vía. De nuevo fueron también invadidos  los parques Lineal y el Antonia Santos, y los alrededores del centro comercial Las Mercedes. 

Según Aseo Urbano, en el centro recoge alrededor de 16 toneladas diarias de basura. La mitad sale del cuadrante de las calles 4 a la 10 con avenidas aledañas. 

El tráfico por la avenida sexta, que conecta el occidente con el sur, mueve unos 100 carros por minuto, según la alcaldía.

Un censo dijo que hay 2.600 vendedores informales distribuidos en los parques Mercedes Ábrego, Lineal, Antonia Santos, Colón, Santander y Nacional, y repartidos en las calles. 

Según el alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, este año no volverá la avenida sexta peatonal como se hizo el año pasado, sin embargo, poco a poco la reinvadieron.

“Vamos a pedir a la Policía que vuelva nuevamente a revisar qué está pasando en ese sector, que me dicen que otra vez tiene un mal aspecto porque no se puede permitir que otra vez se tomen esta importante avenida de la ciudad”, indicó el alcalde.