No hay razón para seguir oponiéndonos al gran proyecto que representa para el área metropolitana una solución.
En defensa del acueducto metropolitano
No sé si todos quienes dicen oponerse al acueducto metropolitano, han pensado en asumir políticamente las graves consecuencias que traería no ejecutarlo, como la de aplazar indefinidamente la solución del grave problema del suministro de agua potable que ha detenido el crecimiento en Villa del Rosario y Los Patios y la de seguir exponiendo a la ciudad de Cúcuta a los padecimientos de un nuevo problema en el río Pamplonita, como los presentados en los derrames de crudo o los que se pueden presentar hoy con el fenómeno del Niño. Tampoco sé si asumirán la responsabilidad si los recursos ya asignados por el gobierno nacional y Ecopetrol, migren hacia otras regiones.
Dado que todos ellos son personas de buena fe y quieren a su región, considero que no han sido informados correctamente del tema, por lo que trataré de hacerlo.
El acueducto metropolitano consta de dos componentes básicos:
1. Un proyecto de recursos de Ecopetrol por 188.000 millones de pesos, que consiste en la captación y conducción de agua desde el rio Zulia hasta la planta el Pórtico, con lo que se contará con las dos opciones bien sea de agua del Zulia o del Pamplonita para abastecer la ciudad y evitará la afectación del servicio si en algunas de estas dos fuentes se presenta un problema.
2. Aprovechando el proyecto de Ecopetrol, la ejecución de obras complementarias por 140.000 millones de recursos de la nación y el departamento para solucionar el problema de desabastecimiento en los municipios de Los Patios y Villa del Rosario, que consisten en una captación adicional en el rio pamplonita de 1 metro cubico por segundo, una planta de tratamiento de esta misma capacidad y conducciones y almacenamientos en los dos municipios.
Algunos pretenden que todos los recursos del acueducto metropolitano sean destinados al Cínera, ignorando que el componente de Ecopetrol nace de la necesidad de tener una contingencia efectiva para futuros derrames de crudo, con lo cual además de cumplir con su legado de responsabilidad social, esta empresa cubrirá su grave riesgo financiero, de sumas mucho mayores a las asignadas, si se le llegare a condenar por los perjuicios económicos que se le ocasionen a la ciudad en un futuro derrame.
Esto significa que Ecopetrol no puede dar otro destino a estos recursos y que quedarían disponibles solamente los 140.000 millones de pesos que han apropiado la nación y el departamento para suplir la necesidad de agua potable en Villa del Rosario y Los Patios. No suena inteligente desviar los recursos para la solución de un problema tan sentido en estos municipios hacia un proyecto del Cínera cuya inversión desborda esta cifra en más de un billón de pesos y aún no tiene los estudios geológicos e hidrológicos necesarios para saber incluso si se puede ejecutar. Implicaría nada más ni nada menos, aplazar por años las soluciones para estos municipios y congelar los dineros asignados hasta que se hagan estos estudios y se complete los recursos monetarios que hagan posible la iniciación del proyecto del Cínera. Desarrollar el acueducto metropolitano y aceptar los dineros ofrecidos por el departamento para los estudios que permitan concretar el Cínera es lo más racional.
Se ha atacado el proyecto del acueducto metropolitano y puesto en oposición al Cínera, quizás por la creencia que si se ejecutan los recursos prometidos no se volverá a hablar de inversiones para el embalse. Todo lo contrario, una vez construida la conducción de agua del rio Zulia para la ciudad de Cúcuta, se reforzará la necesidad de la regulación de su cauce con proyectos de almacenamiento artificial como la represa del Cínera y preferiblemente aquellos de tipo ambiental como los propuestos en el páramo de Saturbán.
Es inevitable para el crecimiento del área metropolitana que el recurso hídrico del río Zulia complemente al del Pamplonita. Sin embargo, esto se dará gradualmente a medida de este crecimiento y de los resultados de las medidas que se deben tomar para el cuidado de la cuenca del río Pamplonita. No se puede argumentar que se condena a desaparecer un distrito de riego que consume más de 14 m3/seg por la entrada de un sistema que consumirá gradualmente hasta 1.95 m3/seg. Igualmente como se hace para el consumo humano, los agricultores deben asumir costumbres de usos eficientes de agua y ajustarse a su disponibilidad hasta que se den las soluciones de regulación de cauce anotadas.
Tampoco es cierto que sea el acueducto metropolitano el responsable de un futuro incremento de los costos de producción para el agua potable para la ciudad. Si bien es cierto que el suministro desde el río Pamplonita es más económico por abastecernos por gravedad sin necesidad de bombeos, largas tuberías o embalses artificiales, y que por ello el aumento gradual de la proporción utilizada del río Zulia aumentarán los costos, no es a causa del acueducto metropolitano, sino por la capacidad copada del rio Pamplonita. Todo lo contrario el acueducto metropolitano se ha diseñado con la mejor opción de costos de producción. Aún sin el Cìnera, existen alternativas para no tener que bombear agua en el río Zulia. Se ha estudiado buscar una captación aguas arriba del río Zulia hasta una altura que permita traer el agua por gravedad. Desafortunadamente, las condiciones geológicas por donde pasaría esa tubería son tan difíciles, que encarecerían el mantenimiento de la tubería, de los carreteables e incluso de los túneles que se deben construir. Estos costos serán sin duda mucho mayores a los que representa el costo de bombeo proyectado en el acueducto metropolitano que tanto atormenta a sus opositores. También con el Cínera se puede lograr agua por gravedad, pero los costos para el servicio de acueducto representado en el valor que se pretende cobrar por el agua cruda a pie de presa de más de $1000 por m3 es sin duda mayor al valor de $220 por m3 que representará el bombeo del acueducto metropolitano.
Por otra parte, la captación adicional de 1 m3/seg del río Pamplonita y la construcción de una línea ya diseñada desde El Pórtico al tanque de Nidia, permitirá en una buena parte del año en que el rio lo permita, abastecer a la ciudad sólo con esa fuente y disminuir el costo de energía.
Todo lo contrario a ser proyectos que riñen, el proyecto del acueducto metropolitano será una vez construido el Cínera, uno de sus componentes fundamentales al hacer posible la conducción del agua a la ciudad desde el embalse. Pensando en ello, el proyecto de conducción se ha diseñado con un espesor de tubería que soporte las presiones que se generarán una vez conectada al Cínera.
No hay razón para seguir oponiéndonos al gran proyecto que representa para el área metropolitana el acueducto metropolitano. Sigamos persiguiendo nuestros sueños, como los del Cìnera, pero sin dañar las realidades como las del acueducto metropolitano.
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