Tres profesores de derecho afirmaron el miércoles que el procedimiento de juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está justificado y es necesario para proteger la democracia, irritando a legisladores republicanos, que los acusaron de parcialidad en una audiencia en el Congreso.
Estos expertos, invitados por los demócratas que controlan la Cámara de Representantes, fueron refutados por otro académico, invitado por los republicanos, que encontró “insuficiente” la evidencia para presentar cargos contra el presidente.
El proceso para la eventual destitución de Trump fue iniciado por los demócratas a finales de septiembre, después de conocerse que el mandatario pidió a Ucrania que investigara a Joe Biden, su rival potencial en las elecciones en 2020.
Los demócratas están convencidos de que el presidente republicano abusó de su poder para promover su campaña de reelección y presionó a Kiev congelando casi 400 millones de dólares de ayuda militar para el conflicto que ese país mantiene con Rusia.
Después de dos meses de investigación y el testimonio de 17 testigos, aseguraron el martes que reunieron “pruebas abrumadoras” para sustentar su caso.
Trump, que niega los señalamientos, denunció el proceso como “una broma” demócrata y “algo muy malo” para el país, y criticó a sus oponentes por realizar las audiencias durante su viaje a una cumbre de la OTAN. En su ausencia, los legisladores comenzaron el debate para determinar si su conducta correspondía a uno de los motivos de destitución mencionados en la Constitución: “traición, corrupción u otros delitos y faltas mayores”.
Categóricos, los tres prestigiosos profesores universitarios respondieron afirmativamente.
Barron no es un barón
“Si el Congreso no lo destituye, el proceso de destitución habrá perdido su significado, al igual que las garantías constitucionales destinadas a evitar la instalación de un rey en suelo estadounidense”, aseguró Michael Gerhardt de la Universidad de Carolina del Norte.“Si no podemos acusar a un presidente que usa su poder para fines personales, ya no vivimos en una democracia, vivimos en una monarquía o una dictadura”, dijo Noah Feldman, profesor de derecho en Harvard, interrogado por el Comité Judicial de la Cámara baja.
La portavoz de la Casa Blanca Stephanie Grisham respondió en un comunicado diciendo que “lo único que los tres profesores liberales establecieron en la audiencia de (el presidente del Comité Judicial, el legislador demócrata Jerry) Nadler es su sesgo político en contra del presidente”.
“No hizo nada para cambiar el hecho de que, a pesar de semanas de audiencias en este proceso engañoso, el presidente no hizo nada mal”, dijo Grisham.
Por su parte, Pamela Karlan, de la Universidad de Stanford, acusó a Trump de cometer “un abuso de poder particularmente grave” al pedirle a un país extranjero ayuda para ganar las elecciones. Y señaló que la Constitución de Estados Unidos no da al jefe ejecutivo el poder absoluto de un rey.
“Donald Trump puede llamar a su hijo Barron, pero no puede convertirlo en barón”, bromeó en referencia a Barron Trump, el hijo más joven del presidente, de 13 años, comentario que desató la ira de Melania Trump.
“Un menor de edad merece privacidad y debe mantenerse fuera de la política”, reaccionó la primera dama en Twitter. “Pamela Karlan, usted debería estar avergonzada”, continuó, acusándola de sesgo político.
Karlan se disculpó por mencionar al adolescente, sin decir nada sobre el fondo de su declaración.
“Una amenaza continua”
La voz disidente en este panel de expertos, Jonathan Turley, de la Universidad George Washington, lamentó la falta de “evidencia directa” y la “precipitación” de los demócratas.
En este debate, “hay mucha más ira que razón”, dijo.
De hecho, hubo virulencia de ambos lados.
Trump “representa una amenaza continua para la Constitución y nuestra democracia”, afirmó Nadler, al concluir casi ocho horas de audiencias, transmitidas en vivo por televisión.
El número dos del panel, el republicano Doug Collins, replicó que el caso contra el presidente no tiene fundamentos. “No hay nada malo, nada que merezca una acusación”, dijo.
“Ni siquiera sabemos cuáles son los próximos pasos”, señaló.
Nadler sugirió que se podría escuchar a otros testigos pronto, sin decir más.
El Comité Judicial evalúa cuatro cargos contra el presidente: abuso de poder, corrupción, obstrucción del Congreso y obstrucción de la justicia. Si considera que son pertinentes, redactará los llamados “artículos de acusación” para ser votados en el pleno en la Cámara baja, tal vez antes de Navidad.
Dada la mayoría demócrata en la Cámara, se espera que Trump ingrese en los libros de historia como el tercer presidente de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y de Bill Clinton en 1998, ambos absueltos.
El Senado, con mayoría republicana, sería el órgano responsable de juzgar al presidente y requeriría una mayoría poco probable de dos tercios para destituirlo.