Tres supuestos milicianos murieron el miércoles en una redada a las afueras de Yakarta, según indicó la policía, que dijo haber encontrado varias bombas que trataba de desactivar.

El barrio residencial donde se encontraron los artefactos fue evacuado, indicó a MetroTV el portavoz de la Policía Nacional Rikwanto. Una persona fue detenida en la redada.
 
La policía cree que los implicados en la trama estaban relacionados con varios sospechosos detenidos el 10 de diciembre en otro barrio de las afueras de Yakarta, que planeaban un atentado suicida en una ceremonia de cambio de guardia del palacio presidencial al día siguiente, indicó Rikwanto, que sólo utiliza un nombre.
 
La policía ha atribuido esa trama fallida, en la que una mujer iba a ser la atacante suicida, a Bahrun Naim, un indonesio que se unió a la milicia EI en Siria.
 
También acusan a Naim de estar detrás de un taller de explosivos que las autoridades tomaron el mes pasado en Java Occidental. En el taller había suficiente material explosivo como para fabricar bombas tres veces más potentes que las utilizadas en los atentados de 2002 en Bali.
 
Indonesia ha perseguido de forma continuada a milicianos islamistas desde los ataques en Bali, en los que murieron 202 personas. Pero en los últimos años ha aparecido una nueva amenaza, milicianos que han depositado su lealtad en el grupo extremista Estado Islámico y nuevos reclutas.
 
Ocho personas, incluidos los agresores, murieron en enero en un ataque en Yakarta de simpatizantes del grupo EI.
 
Las recomendaciones a viajeros del gobierno australiano, actualizadas el miércoles, señalaron que el nivel de amenaza terrorista en Indonesia sigue siendo alto. Las autoridades indonesias han detenido a personas que supuestamente estaban en fases avanzadas de la preparación de atentados, señaló el gobierno.