Tras el agresivo discurso que uso el recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los mexicanos, uno de los temas que más preocupación generó cuando se conoció la noticia de su triunfo fue, precisamente, la manera en la que se manejarán las relaciones entre los dos países. 

Pues ayer se conoció que el presidente de México Enrique Peña Nieto conversó telefónicamente con Trump para felicitarlo por su victoria y acordar un encuentro para definir el rumbo de la relación entre ambos países.

Peña Nieto dijo a la prensa que su conversación con Trump fue “cordial, amable y respetuosa”, y que acordaron establecer contacto entre su gobierno y el equipo de Trump para “empezar a delinear una nueva agenda de trabajo”. 

Peña Nieto ya se reunió con Trump el 31 de agosto en una sorpresiva visita del republicano a Ciudad de México, lo que desató una oleada de críticas y enojo por la retórica anti-mexicana que el magnate mostró durante su campaña.

El mandatario reconoció que con el triunfo de Trump se inicia una nueva era en la relación entre México y Estados Unidos, lo que implicará “un reto pero también una gran oportunidad”, en tanto comprometió su esfuerzo para “abrir nuevos caminos de cooperación y prosperidad”.

En la agenda conjunta, añadió, debe incorporar además el tema de la seguridad.

El triunfo de Trump desató gran nerviosismo en México por las propuestas del magnate neoyorquino de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), expulsar en masa a mexicanos indocumentados e intervenir las remesas, una de las mayores fuentes de ingresos del país, si el gobierno mexicano se niega a pagar un polémico muro fronterizo.

Pero a decir de Peña Nieto, en su primer discurso tras ganar la elección, Trump “expresó su disposición a trabajar con todos, buscando coincidencias y hostilidades, alianzas y no conflictos”.

El mandatario no hizo referencia a los insultos que Trump lanzó durante su campaña contra los mexicanos, pero sí garantizó que trabajaría “en cuerpo y alma” para defender los derechos de todos sus conciudadanos, estén donde estén.

México es el principal socio comercial de Washington y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, piedra angular de esta relación, y que Trump planteó renegociar.

Manteniendo la calma

México intentaba mantener la calma y pensar con cabeza fría ante la sacudida que supone que llegue a la Casa Blanca un hombre que llamó “criminales y violadores” a los mexicanos, que anunció que rompería los acuerdos comerciales entre ambos países y amenazó con la construcción de un muro y la deportación de sus paisanos. 

“¡A  temblar!”, coincidían dos diarios nacionales, Reforma y Excelsior, en su portada ayer ante la victoria del republicano Donald Trump. El triunfo depreció el peso como nunca antes desde 1995 -según la firma de análisis Banco Base- y provocó que algunos analistas como el escritor Enrique Krauze lo calificaran como un “terremoto”, una “tragedia” o incluso el inicio de una “guerra” no militar pero sí comercial, económica, diplomática y ética.

Frente a la preocupación que genera Trump, tanto el gobierno como analistas enviaron un mensaje de relativa serenidad hasta ver su comportamiento.