Un telepredicador estadounidense hizo un llamado a sus fieles para financiar la compra de un avión privado y “predicar la palabra divina en el mundo entero”, según un video difundido por medios este miércoles.

“Realmente creo que si hoy dios estuviera en la Tierra, no andaría en burro y estaría en un avión para predicar la palabra divina en el mundo entero”, argumentó Jesse Duplaints, cuyo ministerio está en Luisiana, y haciendo referencia a la entrada de Cristo en Jerusalén.

 Duplaints  de 68 años, ya tiene tres jets y quiere un cuarto, más moderno y que consuma menos queroseno. El pastor, que cuenta con más de 200.000 fieles, ha puesto sus ojos en un Falcon 7X del fabricante francés Dassault Aviation, cuyo valor estimado asciende a 54 millones de dólares.

Según el portal de internet del fabricante, la aeronave de ocho pasajeros puede volar de París a Tokyo sin escala y consume entre un 15% y un 30% menos que otros aparatos de su clase.

Para financiar la compra, el religioso pide donaciones en un video difundido en su portal de internet. “Creemos en dios para que un Falcon 7X vaya por todo el mundo sin hacer escalas”, dijo el evangelista, con las fotos de sus tres aviones privados de fondo.

“La gente me dice ‘¿No puedes usar éste?’”, dice el pastor en el video señalando uno de sus aviones, un Falcon 50 adquirido en 2006. “Sí, respondo, pero no (en vuelo) directo. Si puedo ir directo, puedo hacerlo por mucho menos dinero porque tengo mi propias reservas de combustible”, argumenta.

El pastor afirma también que fue dios quien le ayudó en su elección: “En realidad me dijo ‘Jesse, ¿quieres subir a dónde estoy? Quiero que creas en un Falcon 7X’”, afirma, citando la Biblia.

Dios, según la versión de Duplaints, le dijo: “No te pido que lo pagues, te pido que creas”. El pastor, eso sí, afirma que el nuevo avión, como los otros tres, es de propiedad de toda la congregación.

Duplaints, cuyo programa semanal tiene una alta difusión en Estados Unidos, predica la “palabra de la prosperidad”, ideología que cree que dios recompensa a los creyentes con riqueza en la Tierra.