El papa Francisco viajará a El Cairo el 28 y el 29 de abril para dialogar con el gran imán de la mezquita de Al Azhar, pero también para rendir homenaje a los egipcios cristianos coptos, víctimas de numerosos asesinatos y ataques.

El pontífice argentino ha mostrado un espíritu de apertura particular hacia el mundo musulmán en un contexto de extrema tensión y extremismo religioso en Oriente Medio y espectaculares atentados yihadistas en Occidente.

Desde su elección en 2013, Francisco ha protagonizado gestos inusuales. Lavó los pies de migrantes musulmanes durante una Pascua y se trajo a tres familias sirias a bordo de su avión de regreso a Roma tras una visita a la isla griega de Lesbos.

Al mismo tiempo ha implorado públicamente a los gobiernos de países árabes que garanticen la libertad religiosa.

Ahmed al Tayeb, el gran imán de la mezquita de Al Azhar, principal autoridad del islam sunita, efectuó una visita histórica al Vaticano para reunirse con el pontífice en mayo de 2016, y ahora Francisco corresponderá con un nuevo encuentro en el centro de estudios sunita más prestigioso en el mundo.

Al Tayeb, profesor de filosofía islámica de 71 años de edad, se ha convertido en uno de los críticos más virulentos del yihadismo.

Juan Pablo II ya visitó el 24 de febrero de 2000 la mezquita de Al Azhar.  

Según un comunicado de la presidencia egipcia, Francisco también se reunirá con el presidente Abdel Fatah al Sisi.

En el programa también figura un encuentro con el papa copto ortodoxo Teodoro II en la catedral San Marco de El Cairo y una visita a la iglesia católica.

Egipto estima que "esta importante visita contribuirá a reforzar el mensaje de paz y el espíritu de tolerancia y de diálogo de la humanidad entre todas las religiones, y a rechazar el discurso del terrorismo y del fanatismo", informó el portavoz del presidente, Alaa Yusef, en el comunicado.
       
Una década de distanciamiento
       
Las relaciones entre Al Azhar y el Vaticano se crisparon en 2006, cuando el papa Benedicto XVI hizo un discurso en Ratisbona (Alemania) en el que pareció vincular islam y violencia.

El instituto religioso cairota congeló luego sus relaciones con el Vaticano cuando Benedicto XVI pidió específicamente que se protegiera a los cristianos tras un atentado suicida contra una iglesia copta ortodoxa en Alejandría, en la Nochevieja de 2010.

Cerca del 10% de los 92 millones de egipcios pertenecen a la comunidad copta, en un país en el que los musulmanes sunitas representan la inmensa mayoría.

Un atentado suicida con bomba el 11 de diciembre, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) mató 29 personas en la iglesia copta de San Pedro y San Pablo, contigua a la catedral copta de San Marco, sede del papa de la Iglesia copta ortodoxa Tawadros II, al que visitará Francisco.

Egipto declaró tres días de luto nacional tras el atentado de diciembre.

Pero es en la región desértica del Sinaí donde se producen los incidentes más violentos contra la comunidad copta, sobre todo desde que el ejército destituyó en 2013 al presidente islamista Mohamed Morsi.

En diciembre el EI divulgó un video en el que pedía que se atacara a los cristianos de la región, en particular en la ciudad de Al Arich, en el norte de la península. Siete personas han muerto desde entonces, y decenas de familias coptas han huido