El papa Francisco insistió el martes en su llamado a que católicos y otras denominaciones cristianas se acerquen entre sí. Exhortó a la pequeña comunidad católica sueca a dejar atrás las divisiones con los luteranos en momentos en que las dos iglesias cristianas celebran el quinto centenario de la Reforma Protestante.

Francisco propuso un nuevo conjunto de Bienaventuranzas para los cristianos de hoy, al "confrontar los problemas y ansiedades de nuestra época".
 
En el último evento de su visita de un día al sur de Suecia, el Papa ofició misa al aire libre en un día frío en el estadio deportivo de Malmo, atestado de católicos de los países nórdicos y de inmigrantes de Filipinas y más allá.
 
El lunes, Francisco y la jerarquía de la Federación Luterana Mundial conmemoraron la rebelión de Martín Lutero contra los abusos de la Iglesia católica y oraron por el perdón en la catedral de Lund. En una declaración conjunta se comprometieron a dejar atrás los errores del pasado y continuar las conversaciones teológicas para que luteranos y católicos puedan compartir la eucaristía.
 
En su homilía el martes, Francisco insistió en el tema de la unidad y llamó a los fieles a acercarse mansamente a Cristo y entre ellos al conmemorar la Reforma durante el año próximo.
 
La mansedumbre "nos permite dejar de lado todo lo que nos divide y enajena y encontrar nuevas maneras de avanzar en el camino de la unidad", dijo el pontífice.
 
"Bienaventurados los que oran y trabajan por la plena comunión entre los cristianos", dijo.
 
También son bienaventurados los que se acercan a los excluidos, los que protegen el ambiente y los que ayudan a los demás.
 
"Bienaventurados los que permanecen fieles mientras soportan males infligidos por otros y los perdonan de corazón", añadió.
 
La Reforma Protestante comenzó en 1517 cuando Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg, Alemania, para denunciar lo que consideraba abusos de la Iglesia católica y en particular la venta de indulgencias.
 
A medida que se difundía el protestantismo, estallaron guerras religiosas y se produjo un cisma en la Iglesia occidental con siglos de violencia, persecución y discriminación.
 
Por ello, llamó la atención la visita del papa Suecia para iniciar el aniversario protestante, pero el Vaticano y la Iglesia luterana insistieron que no era una celebración sino una conmemoración solemne para pedir perdón por las divisiones y festejar la mejora de las relaciones.
 
"Para los católicos en la periferia fue un don y una sorpresa descubrir que el Santo Padre quería venir aquí", dijo el obispo católico de Estocolmo, Anders Arborelius, al agradecer la visita del papa.
 
Muchos católicos de la vecina Dinamarca cruzaron puentes y túneles a Suecia para asistir a la misa en Malmo.
 
"Sin duda fue una gran experiencia", dijo Peter Franklin, director de la escuela católica Sankt Joseph en Copenhague. "El papa Francisco ha dejado su impronta mucho más allá de los