Por: Javier Vargas | La Opinión

Stephen Paddock, de 64 años, el hombre que el primero de octubre asesinó a 59 personas e hirió a otras 500 al dispararles con armas automáticas desde el piso 32 del Hotel Mandalay cuando disfrutaban de un concierto de música country, es un asesino relámpago.

El doctor Belisario Fernando Valbuena Trujillo, quien es sicólogo forense, detalla que esa clase de individuos en un tiempo muy corto asesinan a un gran número de personas sin un motivo aparente. “Normalmente matan a personas que ni siquiera conocen”. Valbuena explica que los asesinos relámpago no responden a la ira, sino a una situación espontánea y planeada. “Es algo que está dentro de ellos, están determinados a cometer un crimen masivo y no descansan hasta lograrlo. Si fallan volverán a intentarlo”.

En el caso de Padock, el asesino de Las Vegas, la policía ha informado que el contador pensionado había intentado atacar en eventos masivos en Chicago y Boston. Ellos, según Valbuena, son narcisistas y egocentristas, y por eso sus crímenes siempre buscan generar un fuerte impacto para que su nombre no se olvide. “Ellos tratan de matar el mayor número de personas posible, para que la gente los recuerde, para que siempre se hable de su hecho”.

Explica que el remoquete de relámpago es porque una vez que logran su cometido, generalmente terminan suicidándose. “Matan por gusto, no necesitan una razón, simplemente se dejan llevar por la adrenalina, les encanta ver la cara de terror de sus víctimas, mirarlos caer heridos o muertos, gozan observando como les huyen, como entran en pánico, eso los excita”.

Deja claro que los también denominados por el FBI como ‘Street Killer’ (asesinos callejeros) son altamente impulsivos, al momento de matar responden a un impulso. “Ellos viven ese momento de éxtasis al máximo, puede tratarse  de segundos o minutos y una vez que terminan de hacerlo se suicidan porque sus conductas altamente narcisista no les permiten dejar que las autoridades los liquiden o los atrapen y los sentencien a pena de muerte o cárcel perpetua”.

Dice que este tipo de matón casi siempre tiene antecedentes patológicos. “Suelen ser  sicóticos, es decir, pueden ser esquizofrénicos, paranoícos, maníacodepresivos o bipolares.

Valbuena destaca que tienen la capacidad de llevar una vida normal, en completa calma y eso les permite ser descartados por la sociedad como una amenaza. En el caso de Stephen Paddock, nadie sospecharía que iba a cometer un hecho tan sanguinario, siendo un hombre pudiente, sin necesidades aparentes, tranquilo y callado. Pero Paddock tenía sus antecedentes y predisposiciones criminales. “Era ludópata, es decir, tenía dificultad para controlar sus impulsos. Las adicciones pueden llevar a cometer actos delictivos, además era amante de la caza, acostumbrado a comprar y usar armas”.   

El detalle de que su padre fuera un peligroso ladrón de bancos y vehículo también influyó en el lobo solitario de Las Vegas, sostiene Valbuena. Aclara que este tipo de persona no tiene el perfil de ingresar a una organización terrorista. “Sus actos no responden a ideología sino a satisfacer sus egos, por esa personalidad de egocéntrico tampoco son proclives a subordinarse, a una organización terrorista”.

Agrega que es normal que estos sujetos alejen a sus familiares cuando van a cometer sus crímenes para evitar que estos puedan detenerlos. “Por eso envió a su pareja al exterior y le dio 100.000 dólares”.

Asegura que cuando se acerca el momento, pueden cometer actos impulsivos y riesgosos. “Días antes hizo una apuesta de 100.000 dólares en un casino, eso lo hacen porque saben que su existencia tiene una fecha de caducidad, esos son indicativo de que van a matar, se van suicidar o ambas”.

En Colombia

Lo más parecido con Paddock es Campo Elías Delgado Morales, nacido en Durania (Norte de Santander), quien el 4 de diciembre de 1986 estremeció a Colombia al asesinar a 29 personas y herir a 15 en el restaurante Pozzetto de Bogotá, y existe la duda de si fue abatido por la Policía en enfrentamiento o se suicidó. Campo Elías Delgado era ingeniero electrónico, hablaba inglés perfectamente, era veterano de la guerra de Vietnam y oficial de las Fuerza Aérea de Estados Unidos.

El viaje del terror

Karen Castro, modelo colombiana, caminaba hacia el Mandalay Bay, cuando empezó la tragedia. “La idea era conocer los hoteles, no íbamos al concierto, pero si íbamos en esa dirección, porque queríamos conocer los hoteles que son unos de los principales atractivos turísticos, pero nos demoramos en llegar porque estábamos sacándonos fotos en todos los monumentos que veíamos”.

Karen cree que el tiempo que se demoraron haciéndose las gráficas y videos fue lo que los salvó a ella y los dos amigos que la acompañaban. “La demora permitió que estuviéramos fuera de la línea de fuego cuando comenzaron los disparos. Estábamos frente el MGM, cuando todo empezó”, relata a La Opinión.

Pero Karen igual entró en pánico con el sonido de la metralla y al ver a la gente como corría desesperada, algunos ensangrentados, descalzos y desesperados. Veía como madres se tiraban encimas de sus hijos para protegerlos de las balas. Dice que la opción fue correr sin rumbo sin saber qué pasaba. Lo único que tenía claro era que su vida y la de sus amigos corría peligro. “Creíamos que eran varios francotiradores, temía que de pronto salieran frente a nosotros y nos acribillaran, corrí mucho y me caí, sufrí una herida en el pie derecho, gracias a Dios, estamos bien”.

Había dejado a su hija de 6 años con la madre de su amiga en el estacionamiento. “Pensaba en ella, pero algo me decía que estaba bien y así fue. Hubiese sido peor si hubiese estado en ese momento conmigo”, expresó Karen, quien estaba de paseo en Las Vegas.

Los detonantes de la matanza

Hombre millonario

El dinero fue factor determinante para que Stephen Paddock pudiera viajar a diversas ciudades, alojarse en hoteles lujosos y comprar arsenales de alta potencia, además de grandes cantidades de explosivos.  

Conducta impulsiva

El tirador de Las Vegas era ludópata, es decir, tenía una conducta impulsiva. Esa dificultad para controlar sus deseos hizo que el primero de octubre atacara a una multitud que estaba a sus pie indefensa e inocente.  

Actitud sospechosa

Durante los últimos días, el ‘asesino relámpago’ gastó en apuestas en un  casino 100.000 dólares. Un indicativo de que le había puesto fecha de caducidad a su vida y por eso asumió conductas de riesgo.  

Matar por placer

Según el sicólogo forense Belisario Valbuena, Paddock, como todos los “asesinos relámpago”, mató porque esto le subía la adrenalina, le producía placer ver a sus víctimas entrar en pánico y  caer muertas.     

Precedentes Criminales

El hecho de ser hijo de un peligroso ladrón de bancos y vehículos que figuró en la lista de los más buscado por el FBI, influyó para que Paddock terminara asumiendo una conducta asesina, aunque no fue determinante.  

Proclive al suicidio

Los asesinos relámpago como Stephen Paddock prefieren suicidarse antes de entregarse a las fuerzas públicas o caer abatidas por esta. Por eso cuando el escuadrón Swatt entró a la habitación lo hallaron muerto.