Entre la impopularidad y la desconfianza de algunos votantes se mueven los dos candidatos que esperan ganar las elecciones para llegar a la presidencia de los Estados Unidos.

Mientras Donald Trump tiene el reto de superar a Hillary Clinton en algunos de los estados más cruciales, cuando falta poco más de dos meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, algunos analistas consideran que tiene posibilidades de recuperar el tiempo perdido.

Por su parte, Hillary Clinton, si bien tiene ventaja sobre Trump, algunos votantes la consideran deshonesta e indigna de confianza.

Pese a que su experiencia como Secretaria de Estado y su dominio de la política nacional la hacen favorita, las elecciones enseñan que hay que esperar lo inesperado y nunca subestimar al contrincante.

Por eso es importante analizar cuáles son las tareas pendientes de cada uno, para alcanzar el máximo grado de poder en la Casa Blanca.

El caso de Trump: acercarse al comité nacional republicano

El multimillonario ha delegado al Comité Nacional Republicano prácticamente toda su operación para la fase temprana de la votación, así como la organización de los republicanos en los estados clave.

Eso ha vuelto crítica la relación de Trump con el CNR. Deberá mantener una relación cercana con el partido a nivel nacional, pues el partido podría darle la espalda si cree que sus recursos serían mejor empleados en la defensa de candidatos vulnerables al Senado y la Cámara de Representantes.

Trump reestructuró recientemente la cúpula de su equipo de campaña al incorporar a críticos abiertos del CNR, lo cual podría hacer más difícil su tarea. Casi completamente dependiente del apoyo de las bases del partido a nivel nacional, Trump no puede darse el lujo de que los líderes del partido abandonen su barco.

Enfocar su energía

Trump tiene un camino difícil para alcanzar los 270 votos. En momentos en que faltan apenas dos meses para las elecciones del 8 de noviembre, no tiene tiempo que perder en los estados que no están seguros.

También necesita victorias en Florida, Ohio, Carolina del Norte y Pensilvania para tener una posibilidad realista.

Esto significa que necesita vivir en esos estados durante los próximos dos meses. Ya no puede dedicar su recurso más valioso (el tiempo) a estados como Connecticut, Nueva York, Washington y Maine.

Eso no significa que su presencia no sería útil en otros lugares. Las encuestas en los estados clave indican que el empresario está en problemas en prácticamente todas las regiones del país, incluso en estados que son tradicionalmente republicanos, como Georgia, Indiana, Utah y Arizona.

Es hora de que Trump enfoque su energía. Debe dedicar la gran mayoría de sus presentaciones de campaña en los estados que más importan.

Acercarse a las minorías y las mujeres

Los votantes no blancos representaban apenas el 12% del electorado en 1980. La proporción aumentó a 28% en 2012. Esas son malas noticias para Trump, que es impopular entre los hispanos y los negros. También es impopular entre las mujeres de ambos partidos.

El candidato republicano tiene que mejorar su posición entre los votantes que no son blancos para tener posibilidades de ganar.

Eso no será una tarea fácil para un candidato que ha calificado a los inmigrantes de México de violadores y criminales, que ha condenado al movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan) y que arremetió contra mujeres críticas al calificarlas de “cerdas gordas” y “perras”.

Algo que deberá hacer Trump para empezar es evitar tales insultos. También puede pasar más tiempo con las minorías, como lo hizo el viernes en Filadelfia y el sábado en Detroit.

Aclarar su mensaje

Con la serie de noticias negativas sobre la fundación de la familia Clinton y el uso de la exsecretaria de Estado de un servidor privado de correo electrónico, Trump tiene un montón de material que podría utilizar contra su rival demócrata, pero una y otra vez, el candidato republicano termina envuelto en sus propias declaraciones polémicas.

Para posicionarse mejor en las próximas semanas, Trump necesita evitar meteduras de pata (que hacen que los votantes pongan en duda su juicio y temperamento) y mantenerse enfocado en atacar a Clinton.

Los retos de Clinton

Dominar los debates

Millones de votantes mirarán los debates, que le ofrecen a Clinton una oportunidad y un reto, y por eso tiene que prepararse para un candidato que es el más impredecible en décadas.

Además deberá impedir que Trump use esos fórums televisivos para presentarse como un comandante en jefe plausible y convertirlos en referéndums sobre el gobierno de Barack Obama y los decenios de Clinton en la política.

Llegar a los 270 votos

Clinton lleva una ventaja en la mayoría de los estados duramente disputados, en los que se decidirá la elección. Su campaña está tratando de mantener abiertos todos los senderos posibles para llegar a los 270 votos electorales necesarios para ganar.

Ella llega al otoño con una ventaja clara, tanto en términos de historia como en la campaña de este año. Si Clinton puede retener el mismo grupo de estados que cada nominado demócrata ha ganado desde el 2000, arrancará con 242 votos electorales.

Más allá de esos estados, los sondeos la tienen adelante en Virginia y Colorado y compitiendo en apretadas disputas en Carolina del Norte, Florida y Ohio. Para presionar a Trump, Clinton está lanzando anuncios en lugares tradicionalmente republicanos, como Arizona.

Participación

La campaña de Clinton tiene que maximizar la presencia en las urnas de los miembros de la “coalición de Obama”, las legiones de votantes negros, jóvenes, hispanos y mujeres solteras que dieron a este dos claras victorias.

Trump ha tratado en días recientes de cambiar su pobre posición entre las minorías. Pero el tono negativo de la campaña en general pudiera reducir la participación y dificultar la tarea de Clinton.

La candidata demócrata busca además aprovechar al máximo las votaciones adelantadas en varios estados críticos, replicando una estrategia que le dio resultados a Obama.

Resumen de agencias