Nicaragua acogió parcialmente un paro convocado por la opositora Alianza Cívica y la Democracia para exigir al gobierno de Daniel Ortega la excarcelación de cientos de detenidos por participar en las protestas de los últimos meses.

Asimismo, se pidió la liberación de cientos de “presos políticos” y la reanudación del diálogo con el gobierno de Ortega.

La mayoría de los 20.000 negocios del populoso Mercado Oriental, permanecieron con las puertas cerradas, con pocas personas caminando o limpiando las calles.

“El paro está excelente, así apoyamos a los muchachos que están presos, que están siendo torturados, que no tienen por qué estar en la cárcel sólo por andar protestando”, dijo Geidy Áreas, comerciante del sector.

La concurrida carretera a Masaya, también lucía más desolada de lo normal.

Al menos 300 personas estarían siendo procesadas por su participación en las protestas contra el gobierno, de los cuales 85 fueron acusados de “terrorismo”, denunció el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.

La mayoría de las gasolineras, bancos, librerías y centros comerciales cerraron sus puertas en la capital, pero el tráfico de vehículos y autobuses de transporte público era mayor que en los paros opositores de junio y julio pasado.

Sin embargo, muchos negocios situados sobre la carretera norte de Managua, no acataron el llamado al paro debido a la necesidad de muchos comerciantes y trabajadores de generar ingresos para sus familias.