Irán colgó este miércoles en público a un hombre acusado de violar y asesinar a una niña, un suceso que había causado una gran conmoción entre la población. 

La ejecución de Esmail Jafarzadeh, de 42 años, tuvo lugar en la ciudad de Parsabad, en la provincia de Ardebil (noroeste), cerca de la frontera con Azerbaiyán, anunció Mizan, la agencia de prensa de la autoridad judicial iraní.  

Ante una muchedumbre exaltada, el condenado fue ahorcado al amanecer con la ayuda de una grúa, según un vídeo aficionado difundido por la televisión nacional en su página web. 

El fiscal de la provincia de Ardebil, Naser Aslani, indicó a Mizan que las autoridades decidieron darle un castigo público al acusado "para tranquilizar a los ciudadanos respecto al mantenimiento del orden público y calmar a las mentes conmocionadas" por el asesinato y la violación de la pequeña Atena Aslani. 

Esa niña de siete años, desaparecida el 19 de junio, fue hallada muerta un mes después en la cochera de Jafarzadeh, que ya era el sospechoso número uno en este caso muy mediatizado. 

El propio presidente Hasan Rohani calificó esa historia de "lamentable y terrible" y pidió que se hiciera justicia rápidamente. 

Jafarzadeh confesó haber violado y matado a la niña tras el hallazgo de su cadáver, según Mizan, y fue condenado a muerte a finales de julio. El Tribunal Supremo confirmó la sentencia el 11 de septiembre. 

La familia de la niña no aceptó el llamado "precio de la sangre", una norma que permite a los condenados salvarse tras pagar una suma de dinero a los familiares de las víctimas. 

En Irán, la pena de muerte se aplica en casos de violación, asesinato, narcotráfico por encima de cierta cantidad de droga u apostasía. 

Teherán no publica cifras oficiales sobre las ejecuciones. Según la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, Irán estaba en 2016 en el segundo puesto de la clasificación mundial de los países que aplicaron más veces la pena capital, detrás de China. 

Según esa oenegé, hubo más de 567 ejecuciones en Irán en 2016, frente a las 977 de 2015.