Diez años después de escaparse de una cárcel federal de alta seguridad en un camión de lavandería, Joaquín “El Chapo” Guzmán pasó de ser un mafioso del montón a lo que podría considerarse el traficante de narcóticos más poderoso del mundo.

Este barón de las drogas de aspecto juvenil y cuya fuga de película ocurrió el 19 de enero de 2001, incrementó desde entonces sus zonas de control en México arrebatando a sangre y fuego territorios a sus rivales.

La fortuna de “El Chapo” alcanza más de 1.000 millones de dólares, según la revista Forbe’s, que lo ha clasificado entre las “Personas más poderosas del mundo”, arriba de los presidentes de Francia y Venezuela. Los tentáculos de la organización de Joaquín Guzmán se extienden de Argentina a Australia.

“El Chapo” ha aumentado su poder aun cuando es un fugitivo por quien se ofrece una recompensa de siete millones de dólares y a pesar de que lo persiguen miles de agentes de Estados Unidos y otros países asignados a su captura y a la destrucción del cartel de Sinaloa que encabeza.

“Tenemos personal asignado específicamente al Chapo Guzmán. Esa es la importancia que le damos”, dijo el principal funcionario de la DEA (agencia estadounidense de lucha contra el narcotrárico) en México, quien declinó ser identificado por razones de seguridad.

“Sumados los agentes de Estados Unidos y otros países, incluidos de Centro y Sudamérica, serían miles los elementos concentrados exclusivamente en la operación contra el cartel narcotraficante de Sinaloa”.

Guzmán, de 53 años, ha logrado eludir a las autoridades con el apoyo de lugareños en el estado de Sinaloa, noroeste de México, donde supuestamente reside y ayuda a los pobres con su riqueza, al tiempo que da empleo a numerosas personas con su negocio de las drogas.

Las autoridades conjeturan que El Chapo se esconde en la sierra del “Triángulo Dorado” que se extiende por los estados de Sinaloa y Durango, una zona remota, donde brillan por su ausencia las autoridades, en el que las amas de casa tienen amapolas como plantas ornamentales y la policía tarda horas para llegar a los lugares en los que ocurren tiroteos.

De acuerdo con un mensaje diplomático estadounidense que difundió WikiLeaks, el secretario (ministro) de Defensa de México, general Guillermo Galván Galván, afirmó que Guzmán no tiene una residencia fija y se oculta en 10 o 15 lugares para evitar la captura, además de que tiene un cuerpo de seguridad de 300 hombres.

“Tiene una imagen de Robin Hood”, dijo el funcionario de la DEA a The Associated Press. “La gente cercana a él quizá no tiene motivos para traicionarlo”.

La fuga de Guzmán de una prisión en Guadalajara asestó un golpe importante a la imagen del entonces presidente Vicente Fox y suscitó rumores persistentes de que el cartel de Sinaloa recibe protección del Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece el ex mandatario. Esos rumores alcanzaron también al sucesor de Fox, el presidente Felipe Calderón, del PAN.

Ese escape es una mancha evidente en los gobiernos del PAN, dijo Manuel Clouthier, legislador federal de esa fuerza política y quien enfadó a su partido en 2010 después de que acusara al gobierno de no perseguir con seriedad al cartel del Chapo, ni a los políticos o policías locales que protegen a esa organización narcotraficante en el estado de Sinaloa.

Clouthier, legislador por Sinaloa, dijo que no tiene duda de que el crimen organizado gobierna ese estado. Hay vecindarios completos bajo control de la delincuencia, a diario aumenta la construcción de casas lujosas donde se sabe que viven esas personas sin temor alguno a la autoridad, apuntó.

Calderón, cuya campaña contra los carteles de las drogas rebasó en intensidad a las de sus predecesores, ha rechazado tajantemente que favorezca al hampa de las drogas de Sinaloa, también conocida como el cartel del Pacífico.

Las autoridades han asestado de manera muy sistemática golpes a los jefes principales del cartel del Pacífico, dijo en fecha reciente el portavoz de Seguridad nacional del Gobierno Federal, Alejandro Poiré, en conferencia de prensa. Poiré mencionó los nombres de narcotraficantes de Sinaloa que han sido muertos o capturados desde que Calderón ordenó el envío de miles de soldados para combatir a los grupos narcotraficantes en los territorios que éstos controlan.

El revés más importante contra el cartel de Sinaloa fue la muerte de Ignacio “Nacho” Coronel, quien supuestamente era el tercer jefe más importante de la región. Coronel murió en julio de 2010 en un enfrentamiento a tiros con soldados en la ciudad de Guadalajara.

Sin embargo, las denuncias de que las autoridades de seguridad han recibido sobornos del cartel de Sinaloa han atizado sospechas de que las fuerzas del orden permiten la expansión de este grupo mientras aniquila a las pandillas rivales.

El ex jefe antinarcóticos Noé Ramírez fue detenido en 2008 acusado de aceptar 450.000 dólares del cartel de los Beltrán Leyva, entonces aliado del cartel de Sinaloa.

“El Chapo” Guzmán nació en la pobreza en la pequeña localidad de Badiraguato, del estado de Sinaloa. Se inició en la década de 1980 en el tráfico de narcóticos con el cartel de Guadalajara, que encabezaba entonces Miguel Angel Félix Gallardo.

Con el arresto de Félix Gallardo en 1989, el cartel de Guadalajara se dividió y Guzmán se apoderó de las operaciones en Sinaloa, incluido el control de las rutas de tránsito de las drogas hasta Arizona, y se disputó con el cartel de los Arellano Félix la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos.

Hasta antes de su fuga, El Chapo Guzmán cumplía una sentencia de 20 años de prisión, de la que había purgado ocho años.