El llamado policía “caníbal” de Nueva York fue hallado culpable ayer de conspiración de secuestro para matar mujeres y luego comerlas, un cargo que le podría costar prisión de por vida aunque nunca haya pasado a los hechos.

Tras dos semanas de juicio, un jurado popular decidió por unanimidad que los planes del policía Gilberto Valle, de 28 años, de secuestrar mujeres para luego comerlas eran “muy reales”, señaló el fiscal federal de Manhattan, Preet Bharara, en un comunicado.

“Los planes detallados y específicos de Gilberto Valle para secuestrar mujeres con el propósito de cometer crímenes grotescos eran muy reales y es culpable de los cargos”, dijo Bharara.

Ninguna persona resultó damnificada por Valle, que utilizaba sitios web para discutir con otros hombres sobre canibalismo de mujeres jóvenes, incluyendo a su esposa, de la cual ahora está distanciado.

Los abogados del suspendido policía confiaban en su absolución, argumentando que su cliente solo era culpable de fantasías sexuales inusuales.

“Internet es un foro para el libre intercambio de ideas, pero esto no otorga inmunidad para planear crímenes y dar pasos para llevarlos adelante”, afirmó el fiscal Bharara al referirse a las pruebas contra el policía, que tenía seis años en funciones y estaba estudiando para ascender a sargento.

El juez federal Paul Gardephe deberá pronunciar el próximo 19 de junio la sentencia contra Valle, hallado culpable además de acceder ilegalmente a la base de datos de la policía.

Valle fue detenido el pasado 24 de octubre en su casa de Queens (noreste de Nueva York), luego de que el FBI descubriese en su ordenador cientos de descargas comprometedoras que demostraban una conspiración para secuestrar mujeres con el fin de violarlas, torturarlas y luego comerlas.

Según el acta de acusación, Valle almacenó en su computadora fichas de al menos 100 mujeres, con nombre, fotografía y a menudo otros datos como su dirección y descripción personal.

El FBI (Oficina Federal de Investigaciones estadounidense) dijo haber identificado y entrevistado a diez de esas mujeres, cada una de las cuales confirmó que conocía al acusado.

La fiscalía afirmó que Valle dio pasos para avanzar con su idea localizando a sus potenciales víctimas, vigilándolas en su casa y lugares de trabajo y “trabajando en su ‘plan operativo’ para secuestrar y ‘cocinar’ una mujer”.

También investigó sobre métodos para drogar mujeres y acordó con al menos otro individuo para secuestrar a una persona a cambio de una suma de dinero.

El juicio en su contra comenzó el 26 de febrero con la declaración de su esposa, Kathleen Mangan-Valle, quien lloró al testificar el horror que sintió al descubrir que estaba en la lista de las potenciales víctimas de su marido.

Mientras la fiscalía lo calificó de “sádico” dispuesto a entrar en acción, la abogada defensora Julia Gatto insistió durante el proceso que su cliente sólo tenía “pensamientos horribles” y que no podía ser condenado sólo por ello.

El caso, muy seguido por los periódicos sensacionalistas en Nueva York, toca directamente la cuestión de la libertad de expresión.