Al menos 59 personas murieron y 515 resultaron heridas cuando un hombre abrió fuego contra los asistentes a un concierto de música country en Las Vegas, a la medianoche del domingo.  

El ataque fue reivindicado por la organización terrorista Estado Islámico (EI), pero voceros del FBI, reaccionaron rápidamente diciendo que ‘no habría relación entre el autor y alguna organización terrorista’.   

En Las Vegas, una multitud de más de 22.000 personas escuchaba a la estrella de música country Jason Aldean en el marco del “Route 91 Harvest Festival”, cuando se desató una lluvia de disparos de arma de fuego automática.

El cantante corrió a ponerse a salvo. Decenas de personas se tiraron al suelo, otros corrían desesperados para escapar de la línea de fuego, sin saber exactamente a dónde ir, chocaban unos a otros. “Escuhamos los disparos y sabíamos que teníamos que correr, pero no sabíamos a quien le huíamos, no sabíamos si eran muchos hombres disparando. No sé cuantos segundos duró, para mí fueron horas. El tiempo fue eterno”, comentó la modelo Karen Castro, quien estaba en el lugar.

El presidente Donald Trump calificó el tiroteo como un “acto de pura maldad” y dijo que visitará Las Vegas. El papa Francisco declaró que estaba “muy triste” por la “insensata tragedia”.

Stephen Paddock, el hombre que según las autoridadaes cometió la matanza, pasó la noche alojado en una habitación de 125 dólares, cama kingsize y un enorme espejo de baño. Era hijo de un peligroso y huidizo ladrón de bancos que llegó a figurar en los años sesenta en la lista de los 10 más buscados del FBI, pero ni en las fichas policiales de Las Vegas ni del pueblo donde vivía, en Mesquite (18.000 habitantes), se ha descubierto nada más sospechoso en contra de Paddock que alguna infracción de tráfico. Por el contrario, sus hábitos revelan pautas muy comunes entre quienes buscan pasar sus últimos años en Nevada.

Antiguo empleado del gigante armamentístico Lockheed Martin, a sus 64 años acudía con frecuencia a los casinos a jugar al póquer, disfrutaba de los conciertos de música country y entre sus pasiones figuraba volar y cazar. Tenía a su nombre dos aviones, una licencia de piloto y otra de caza mayor en Alaska. “Esto es como la caída de un asteroide. 

No me lo puedo creer. Hablaba ocasionalmente con su madre y conmigo. Jugaba a cartas en Las Vegas, pero poco más”, señaló su hermano. Las autoridadaes no han podido dar una versión convincente sobre Paddock.Quien más lejos ha ido fue el sheriff del condado, Joe Lombardo, quien le ha equiparado a un “lobo solitario”. 

Un ente desconectado del mundo criminal y terrorista que actuaba siguiendo sus propios impulsos. Pero esta hipótesis, aunque tranquilizadora en un país obsesionado con una posible matanza terrorista, no da explicación de su estallido, de ese ataque premeditado que buscó un blanco tan fácil como un concierto de música country. La reconstrucción policial muestra que Paddock llegó el jueves al gigantesco Hotel Mandalay Bay. 

En su habitación, estratégicamente situada en el piso 32, acumuló al menos una decena de rifles y pistolas, listas para matar. Con calma, esperó hasta el domingo por la noche; llegado el momento, rompió el cristal y apretó el gatillo cuando su objetivo estaba a sus pies, masivo e indefenso. Durante 30 segundos los disparos se confundieron con la música. Luego solo quedó el traqueteo convulso, sordo, casi infinito de las armas de Paddock sembrando la muerte. 

Después fue hallado muerto en su habitación cuando un equipo de operaciones especiales (SWAT) irrumpió en el lugar. 

La policía cree que Paddock se suicidó. Aunque en primer momento habían afirmado que había caído abatido en un enfrentamiento con el escuadrón. 

Atentados en eventos musicales

Festivales, discotecas y salas de música han sido blanco de ataques en varias ocasiones en el pasado. Aquí están los atentados más mortíferos en clubes y conciertos de los últimos 15 años.

Manchester, Inglaterra

El 22 de mayo de 2017, un ataque suicida con bomba dejó 22 muertos y 116 heridos en el Manchester Arena. El atentado fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI). 

Estambul, Turquía 

El 31 de diciembre de 2016  un hombre con un fusil disparó en la discoteca Reina, a 800 personas que celebraban el nuevo año. Hubo 39 muertos y 65 heridos. El atentado fue reivindicado por el EI. 

Orlando, EE. UU. 

El 12 de junio de 2016, un hombre armado abrió fuego en la discoteca gay Pulse de Orlando, Estados Unidos, causando 49 muertos y más de 50 heridos.

París, Francia

El 13 de noviembre de 2015 tres yihadistas (EI) con cinturones cargados de explosivos entraron al Bataclán, en pleno concierto del grupo estadounidense Eagles of Death Metal y dejaron 90 muertos.

Moscú, Rusia 

El 5 de julio de 2003, un doble atentado suicida en la entrada de un concierto de rock en el aeródromo de Tushino, Moscú, provocó 15 muertos y 50 heridos. 

Bali, Indonesia  

El 12 de octubre de 2002 dos kamikazes de Al Qaeda hicieron explotar un coche bomba delante de la discoteca Sari Club y del Restaurant Paddy’s Bar en Bali, Indonesia. 202 personas murieron y 300 resultaron heridas. 

Los Ángeles (AFP y El País)