Un atacante suicida hizo estallar una bomba contra una reunión en una provincia oriental de Afganistán y mató a 13 personas, entre ellas siete miembros de un clan a favor del gobierno.

Otras 14 personas fueron heridas en el ataque a la casa de Obaidullah Shinwari, un descendiente del clan y miembro del consejo provincial de Nangarhar, pero que no resultó lesionado.

El ataque se presentó un día antes de la segunda ronda de las conversaciones internacionales dirigidas a reactivar el proceso de paz entre el gobierno afgano y el Talibán. Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad por el ataque. Un portavoz talibán tuiteó que su grupo no estaba involucrado.

El titular del consejo, Ahmad Ali Hazrat, declaró que el atacante suicida se mezcló con la multitud en el evento familiar en la capital provincial de Jalalabad antes de detonar su carga explosiva.

Malik Osman, jefe de la familia y anciano de la respetada comunidad en el distrito de Shinwar cercano a la frontera con Pakistán fue herido y trasladado en avión a Kabul para ser atendido, dijo Hazrat.

La familia ha apoyado firmemente los esfuerzos del presidente Ashraf Ghani por traer la paz al país después de casi 40 años de guerra y 15 años de insurgencia talibana.

La familia y sus invitados se reunieron para conmemorar la liberación de otro de los hijos de Osman, Samiullah, ocho meses después de haber sido secuestrado y retenido por el Talibán. Samiullah fue herido en el ataque, pero no de gravedad, de acuerdo con Zabiullah Zamaray, otro miembro del consejo provincial.

El día anterior al ataque, cientos de residentes del distrito de Achin -donde el sobrino de Shinwari, Nasim, es gobernador- sostuvieron una manifestación en la que pidieron a las autoridades librar a la región de insurgentes, incluido un nuevo afiliado del Estado Islámico  (EI) que recientemente tomó partes de la provincia, luego de un verano de combates feroces con el Talibán.

El afiliado del grupo Estado Islámico (el cual se refiere a sí mismo como Provincia Khorasan y fue recientemente enlistado como un grupo terrorista por el gobierno de Estados Unidos) se atribuyó un ataque la semana pasada al consulado pakistaní en Jalalabad, el cual está cerca de la casa de Shinwari.

El presidente afgano Ashraf Ghani a condenó con “firmeza” el atentado y aseguró que su gobierno no llevaría a cabo “ninguna negociación con quienes hacen correr la sangre de los inocentes”.

La provincia de Nangarhar es escenario en los últimos meses de una implantación gradual de los yihadistas del EI.

*Resumen de agencias