Corrían los años de la presidencia conservadora de Mariano Ospina Pérez y las contiendas partidistas estaban en su esplendor, en algunas regiones más que en otras. Los Santanderes se habían destacado desde comienzos de siglo por su beligerancia partidista, al punto que la Guerra de los Mil Días tuvo su apogeo por estas tierras, incluso la firma del entonces proceso de paz, se cumplió en la ciudad de Chinácota en noviembre de 1902. A partir de esa fecha comenzó a reinar una calma chicha, con algunos brotes esporádicos de violencia contra unos y otros partidarios de ambos partidos, sin que esto trajera mayores consecuencias hasta el trágico 9 de abril del 48.

A propósito del título de esta crónica, conviene anotar que tal rótulo le puso la prensa local a la consulta popular, que estimo haya sido la primera que en tal sentido le endilgaron a la designación de candidatos del partido liberal al Concejo Municipal de la ciudad para el periodo 1947 – 1949. 

La ciudad y en general el municipio, tenía una marcada mayoría liberal, la cual se veía reflejada en la composición del cabildo. A pesar de la clara tendencia que el partido conservador tenía en el departamento, los liberales ejercían un dominio casi absoluto en la capital y en algunos municipios, razón por la cual, se presentaban escaramuzas entre simpatizantes de uno y otro bando, casi siempre con saldos fatales que exasperaban el ánimo de más uno, pero sin una trascendencia más allá de la efervescencia del momento.

En esta ocasión, la Dirección Nacional Liberal  había facultado al Directorio Liberal del departamento, mediante resolución del 4 de septiembre del año en mención y con el visto bueno de la Asamblea General de Juntas de Barrios y Corregimientos para que reglamentara la fórmula para seleccionar los candidatos que representarían al partido en las próximas elecciones al Concejo.

Para tales efectos, el Directorio expidió la Resolución No. 17 de 1947 del 16 de septiembre,  en la que se planteaban brevemente los aspectos esenciales para la selección de los candidatos.

A juzgar por la reglamentación puede observarse la evolución que en tal sentido ha tenido la legislación electoral del país. Fueron diez los artículos expuestos, los cuales paso a resumir: lo primero que se establece es que la escogencia de los candidatos será por votación popular; luego, que esta votación se hará por un solo nombre, es decir personal y no por una lista; que el voto será secreto y depositado en una urna especial, sellada y rubricada con las firmas de los miembros del Directorio Liberal del departamento.

Que fuera requisito indispensable que el sufragante liberal presentara ante el jurado su cédula, hábil para el municipio de Cúcuta, la que será distinguida con un sello especial una vez consignado el voto. Para los efectos de la votación, el municipio será dividido en zonas que serán señaladas en una Resolución posterior, en la cual también se indicará el sitio exacto donde se colocarán las urnas de votación.

Según la presente Resolución, la votación se hará por círculo único, de manera que cualquier ciudadano liberal podrá depositar su voto en cualquiera de las urnas colocadas en las diferentes zonas, aunque no sea la de su residencia habitual. Como jurados de votación, dice la Resolución, serán nombrados personas de reconocida honorabilidad e imparcialidad política y deberán llevar un registro de votación siguiendo la costumbre electoral del país, en el que quedarán consignados,  el nombre y el número de la cédula del sufragante.

El plebiscito –así dice el texto- que organiza la presente Resolución, se llevará a efecto el domingo 21 de septiembre, desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde. Terminada la votación, los pliegos se acompañarán de las urnas y los jurados, junto con tres vecinos liberales de los barrios o corregimientos, rubricarán con su firma el sello que colocarán a las urnas y llevadas inmediatamente a las oficinas del Directorio Liberal de Departamento; el escrutinio general será verificado por los doctores Luis Alberto Lindarte, Gabriel Rojas Espinosa y José María Jaimes; se adelantará el día lunes 22 de septiembre desde las nueve de la mañana. Pueden concurrir a presenciar el escrutinio los delegados  que cada uno de los barrios y corregimientos acrediten por escrito ante las Juntas Liberales.

Por último, la Resolución ponía de presente que no se escrutarían las papeletas que tuvieran más de un nombre y que no serían tenidas en cuenta las urnas  donde la votación no se haya desarrollado conforme a las disposiciones de la Resolución. Fue firmada por los directores, Virgilio Barco Vargas, Miguel Durán Durán, Luis A. Cáceres y Carlos Rafael Villamizar.

Se presentaron 33 candidatos para elaborar una lista de 15 renglones. Realizada la votación y terminado el escrutinio los resultados, considerados los 12 primeros fueron (en número de votos depositados):

Alfonso Lara Hernández, 557; Carlos Rafael Villamizar,422; Virgilio Barco,324; Víctor M. Pérez,266; Miguel Roberto Gélvis, 190; Julio Restrepo Niño, 188; Nicolás Colmenares, 170; Luis Francisco Ibarra, 154; Eduardo Silva C., 145; Augusto Mendoza B.,140; Justo Vásquez,127; Simón Villamizar García, 120.

En definitiva la plancha liberal que se proclamó para el Concejo de Cúcuta en las elecciones de octubre de ese año fue: (los 10 primeros renglones que fueron los elegidos)

Principal                                       Suplente

Jorge Eliécer Gaitán                     Virgilio Barco Vargas
Alfonso Lara Hernández              Rafael Moreno
Carlos Rafael Villamizar              José González A.
Víctor M. Pérez                            Jorge Mora Ruiz
Miguel Roberto Gélvis                 Luis E. Leira
Julio Restrepo Niño                      Rafael Rangel Durán
Nicolás Colmenares                      Víctor M. Lindarte
Luis Francisco Ibarra                    Jorge Sánchez M.
Eduardo Silva Carradini               José Rosario Rivera
Augusto Mendoza B.                    Luis Uribe Berbesí

Puede apreciarse en las dos listas, que los nombres son congruentes con los resultados pregonados aunque aparezcan nombres de personas que no participaron de la consulta. Por algo en la política juegan más intereses que los que normalmente se conocen y que independientemente de los procesos que se empleen, siempre habrá algún detallito que modifique el resultado, ¿será?

Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com