Desde el mismo inicio de sus actividades, la Sociedad de Artesanos Gremios Unidos de Cúcuta, siempre tuvo presente que su principal objetivo estuviera enfocado a la educación. Pareciera paradójico, pero sus fundadores originales no fueron personas que tuvieran grandes estudios y tal vez por ello mismo, pensando en las futuras generaciones, vieron que por esos medios se lograría el progreso y el desarrollo que la sociedad requería para lograr los éxitos y el bienestar de sus hijos.

Poco a poco fueron venciendo los paradigmas que entonces impedían el libre y fácil acceso a la educación, empezando por las discriminaciones  tradicionales de la época, como eran las diferencias entre pobres y ricos o las políticas y religiosas, o peor aún, las discriminaciones de género, sin contar con aquellas que eran promovidas por la curia y las congregaciones religiosas de relegar al olvido social y cultural a los hijos extramatrimoniales. 

Vale decir, que la Sociedad de Artesanos también fue pionera en alternativas educativas que no existían en los tiempos de comienzos del siglo XX, como fueron los cursos nocturnos y la educación laica que tantos inconvenientes tuvo que afrontar para lograr salir avante.

A medida que la institución fue consolidándose, sus objetivos fueron creciendo y cada vez sus aspiraciones de lograr una educación más incluyente se veían más cercanas. Hoy conocemos de sus logros, algunos de los cuales han podido leerse en estas crónicas, como lo fue la culminación exitosa de obtener la aprobación de licencia de una seccional de la Universidad Libre y a pesar de las dificultades por las que tuvieron que transitar sus directivas para lograrla hay algunas ocurrencias que no son conocidas. Revisando los antecedentes, especialmente aquellos recopilados por Jaime Contreras Valero en su magnífico y muy completo libro “Sociedad de Artesanos Gremios Unidos, 100 años de historia, 1909-2009” no aparece reseñado un importante acontecimiento propuesto en el año 49, por esa institución y que puede considerarse como el preámbulo de la primera universidad en Cúcuta. 

En el mes de abril de ese año, la Junta Directiva del colegio, proclamó con el voto unánime de todos sus integrantes, el grupo que fue llamado Cuadro de Honor Femenino de Gremios Unidos, organismo conformado para promover y fomentar el espíritu cívico que identificaba a la institución y que pretendía enarbolar los más claros anhelos populares de educación. 

Dicho Cuadro de Honor tomó posesión de sus obligaciones, el día once del mes y al tomarles el juramento, el presidente de la Junta Directiva, expresó a toda la comunidad que “este magnífico séquito femenino representativo de la mujer cucuteña quedaba integrado por las siguiente damas de nuestra sociedad: Delina de Gaitán, Anita de Ardila Ordóñez, Alicia de Suárez, Laura Villalobos de Correal, Emma de Hernández, Ida de Pérez Peñuela, Martha Eslava de Hernández, Ida de Maldonado, Ana Francisca de Silva, Cristina Soto Olarte, Laura Cuberos Niño, Ángela Sagra Villarraga, Sofía Ramírez y Josefa Acevedo. 

La mujer cucuteña, a través de la historia, es depositaria del patriotismo heroico de Mercedes Ábrego y Antonia Santos, alza hoy la misma bandera del pueblo para clavarla airosa en el pináculo del progreso cultural simbolizado en el histórico y prestigioso Colegio Gremios Unidos.” En ese mismo día constituyó su directiva dentro de un ambiente de verdadera cordialidad y entusiasmo quedando en la presidencia la señora Laurita Villalobos de Correal, hija del director del periódico Comentarios, quien se comprometió a impulsar los proyectos educativos que serían ofrecidos por Gremios Unidos; como vice presidenta se eligió a doña Laura Cuberos Niño, en la secretaría fue nombrada la señora Ida de Pérez Peñuela y como tesorera Martha Eslava de Hernández. 

Como embajadoras de buena voluntad y de amor por su pueblo, el selectísimo grupo de damas se comprometió a cumplir fiel y sagradamente la misión que les fue encomendada y para ello acordó constituir una serie de comités en los diferentes sectores en los cuales trabajarían y que serían los encargados de propiciar este grandioso movimiento.

El primer proyecto esbozado conjuntamente con las directivas del colegio proponía la creación de la primera Universidad Popular de Gremios Unidos establecimiento por el cual trabajarían permanente y ahincadamente hasta verla surgir en pro del engrandecimiento de la región y la patria. 

Con esta tarea inmediata, los distintos comités se dieron a la tarea de proyectar una suntuosa bazar para el domingo 24 de abril, pasada la Semana Santa, toda vez que por esa época, las festividades religiosas conservaban toda la solemnidad que imponía la iglesia católica.

Así pues, con estos actos de la Sociedad de Artesanos Gremios Unidos, se plantó la primera semilla de lo que en el futuro sería el comienzo de la educación universitaria en Cúcuta. Aunque por motivos de recursos, falta de personal idóneo, escasez de estudiantes e infraestructura inadecuada, el proyecto de la Universidad Popular no alcanzó a materializarse, sí generó en la comunidad un interés en crear un centro de estudios universitarios, como el que hacía pocos meses se había iniciado en la vecina capital de Santander, cuando se abrió la Universidad Industrial de Santander el primero de marzo de 1948.

Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com