Ni siquiera la frenada del conductor de la volqueta que atropelló a Gonzalo Ojeda Contreras, en la vereda Camilandia de El Zulia, evitó el fatal desenlace.

El cadáver del hombre, de 43 años, quedó tendido en la mitad de la carretera, junto a la motocicleta venezolana, placa AB4067K, en la que se movilizaba.

Las marcas de las llantas quedaron en el pavimento de la carretera, sin que la volqueta lograra parar la marcha con éxito.

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Según se conoció, cuando Ojeda quiso sobrepasar a dos carros que se movilizaban a baja velocidad, chocó por la parte de atrás a otra motocicleta que intentaba hacer la misma maniobra y cayó al suelo tras perder el control de la moto.

En ese momento, venía en el sentido contrario la volqueta conducida por Carlos Alberto Contreras, quien finalmente atropelló a Ojeda y le causó la muerte de manera inmediata.

“El muchacho de la otra moto se bajó temblando de los nervios y se veía muy pálido”, comentó uno de los testigos del hecho, quien describió que Ojeda perdió gran parte del rostro.

El accidente ocurrió ayer a las 8:00 de la mañana, cuando gran parte de los conductores se dirige  su lugar de trabajo.

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Investigación

Durante al menos tres horas duró bloqueado el paso en la vía que conduce del municipio de El Zulia al corregimiento de Astilleros, mientras se adelantaba el levantamiento del cadáver por parte de los miembros de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Metropolitana de Cúcuta.

Solo a una ambulancia, en emergencia, le fue permitido el paso para llegar a tiempo al centro médico al que se dirigía. 

Al lugar del accidente no llegó ningún familiar de la víctima, por lo que los uniformados consideraron que venía viajando y están a la espera de que alguien se acerque a la Fiscalía para tener más detalles sobre su vida.

Dos heridos en El Zulia

En la tarde del pasado domingo se registró otro accidente de tránsito, que involucró a dos hombres en moto y una camioneta. Hasta el cierre de esta edición, los dos heridos se recuperaban de las lesiones en un centro médico.

El hecho ocurrió en el barrio La Milagrosa de El Zulia. Uno de los lesionados gritaba con desesperación que le dieran agua, porque tenía mucha sed. Al mismo tiempo, pedía que lo ayudaran y no lo dejaran morir.