Un milagro de resurrección pedía este domingo la madre de Carlos Gustavo Ramírez Cáceres, que entre lágrimas clamaba porque su hijo saliera caminando por la misma puerta que lo habían entrado a la sala de urgencias de la unidad básica de La Libertad.

Pero, ni sus gritos ni su clamor puro fueron escuchados, Ramírez había llegado ya sin vida producto de un disparo que, al parecer, recibió por la espalda, pero que salió por el pecho, tal vez, pasando por el corazón.

‘Carlitos’, como le conocían las autoridades a este hombre de 23 años y padre de una niña, tenía en su historial delictivo una captura por violencia a servidor público, así como varias investigaciones por delitos como: porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes y hurto; uno de ellos presuntamente habría sido el robo al rector del colegio Pablo Correa León de la ciudadela La Libertad, que ocurrió hace un par de meses.

La vida de Ramírez se acabó a las 8:40 de la mañana del Domingo de Resurrección, mientras compartía al interior de una vivienda con un grupo de personas. En esa reunión, en donde se especula se estaba consumiendo licor y otras sustancias, hubo una pelea y producto de ella, él terminó muerto.

Sin embargo, para las autoridades la razón de la muerte va mucho más allá de una pelea y como sucede en la mayoría de estos casos, se trataría de un ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales por tráfico de estupefacientes. Inicialmente, se cree que el verdugo de ‘Carlitos’ fue un hombre a quien popularmente se le conoce como el ‘Negro Espitia’, quien habría huido en una moto después del ataque.