​Los vecinos del barrio Pisarreal (Los Patios) acompañaron, durante al menos cuatro horas, la diligencia del levantamiento del cadáver de Alejandrina Amaya Valdez, quien murió en la cocina de su casa, al parecer, en medio de un atraco.

En la mañana del lunes, cuando uno de los hijos de Maya llegó hasta su casa en la calle 11 sur de Pisarreal descubrió el cuerpo tendido de su ser querido, con morados en su cuerpo y una cinta pegada alrededor del cuello y boca. 

Las autoridades conocieron que a Amaya, de 69 años, le robaron un televisor de 42 pulgadas y dinero en efectivo, producto del pago del arriendo de unos inquilinos, entre estos, tres  venezolanos que viven en la parte trasera de la casa. 

Asimismo, las pertenencias que quedaron en la casa de la víctima estaban revolcadas. 

Según conocieron las autoridades, el sábado en la noche fue la última vez que uno de los arrendados tuvo contacto con Amaya, cuando le ayudó a sacar un sapo que estaba metido debajo de la cama de la mujer.

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El hallazgo

Cuando el hijo tocó a la puerta de la casa no tuvo respuesta y de inmediato llamó a su mamá al celular. El timbre se alcanzó a escuchar en la sala de la vivienda.

El presagio de que algo malo había ocurrido hizo que  tomara la iniciativa de saltar la reja y tuvo que partir el vidrio para abrir la puerta.

Una vez entró a la casa, halló el cadáver de su madre y alertó a las autoridades sobre lo ocurrido.

Los investigadores judiciales no le hallaron heridas abiertas a la mujer, por lo que el equipo forense del Instituto de Medicina Legal establecerá las causas de la muerte. Se presume que la mujer murió el sábado, por el estado de descomposición del cuerpo.

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) practicaron la inspección y el levantamiento.

Asimismo, rastrearon la zona, en busca de cámaras de seguridad que les ayuden a identificar o los responsables.

Una caja fuerte que tenía Amaya en su habitación, pero donde nunca guardaba objetos de valor, fue hallada abierta, lo que fortaleció la hipótesis de que la muerte sería producto de un robo.

Temor en la comunidad

Algunos vecinos de Pisarreal aseguraron que la inseguridad se está desbordando en su barrio y  deberán tomar medidas de precaución para evitar que se repitan estos hechos.

“Ahora voy a cerrar el local al mediodía para evitar que se acerquen los ladrones por la soledad a esas horas”, dijo una tendera.

Por lo pronto, uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta reforzaron la seguridad con patrullajes de registro y control alrededor de la escena del crimen.

Las autoridades avanzan con las pesquisas del hecho para esclarecer la muerte de  Alejandrina. 

Según se conoció, este martes los feligreses de la iglesia a la que asistía Amaya se reunirían en su casa.