Cuando Wilson Eduardo Vargas se percató de que era perseguido, antes de entrar a su casa, en la tarde de ayer, llamó a uno de sus familiares para alertarlo de lo que estaba ocurriendo.

Sin embargo, en la corta comunicación solo se alcanzaron a oír las detonaciones de unos disparos.

Vargas desistió de entrar al edificio donde vivía, en La Floresta, vía al Anillo Vial Oriental, y aceleró la marcha en su carro marca Toyota Land Cruiser, de placas BXA-927, color verde.

Sin embargo, un pistolero vestido de camiza azul de rayas y un pantalón gris, que se movilizaba en una moto marca Yamaha Libero, color negro, atacó a la víctima de manera indiscriminada, al parecer, con una ametralladora.

Wilson Eduardo alcanzó a andar unos metros más, pero luego chocó contra un poste, por lo que el vehículo dio un giro, quedando a un costado de la carretera.

Vargas murió dentro del carro. En el vehículo se apreciaban al menos 25 disparos.

El comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Jaime Barrera, aseguró que Vargas tenía dos denuncias como indiciado por el delito de amenazas y también había instaurado dos denuncias por el mismo delito.

La Policía adelanta las investigaciones del crimen; sin embargo, la principal hipótesis, según el oficial, obedece a una transacción de una alta suma de dinero, producto de una venta de unas tierras que finalmente no se pagaron.

Wilson Vargas, oriundo de Durania (Norte de Santander), era ganadero.

Según se conoció, uno de sus hijos fue asesinado en 2005, en la vía a Puerto Santander; su esposa también fue asesinada en el 2010, en un bar en la avenida Guaimaral.

Por ahora se adelantan las investigaciones para establecer la identidad del autor material del crimen.

Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) practicaron la inspección a la escena del ataque, en la que encontraron las vainillas con las que fue atacada la víctima.

Asimismo, levantaron el cadáver para trasladarlo a Medicina Legal.

La Opinión