Tortura y pesadilla. Con esas dos palabras definió el avicultor Alirio Navarro Jaimes, de 49 años, los seis días que duró secuestrado en la zona rural de Ocaña.

El 30 de abril, cuatro hombres llegaron hasta la finca El Rosal, en la vereda Bética, del corregimiento Buenavista y luego de robar algunos elementos, secuestraron al hombre, hermano del dueño de la granja, y quien cumplía labores de administrador.

Sin embargo, en una eficaz operación de la Policía de Norte de Santander, en coordinación con el Ejército Nacional, Navarro Jaimes fue rescatado el martes, a las 11:00 de la noche, en la vereda San Agustín, corregimiento de Agua de la Virgen, de Ocaña.

En el rescate del avicultor, el grupo Gaula de la Policía capturó a Elid Said Becerra Bautista, de 26 años, natural de San Calixto.

El captor tiene antecedentes judiciales por un secuestro de hace tres años, aseguró el comandante de la Policía de Norte de Santander, coronel Jhon Jairo Aroca.

Un emotivo regreso

Los llantos de felicidad, los abrazos y agradecimientos fueron las primeras reacciones de los familiares de Navarro, al ver que su ser querido regresó a su hogar sano y salvo en poco tiempo.

“Es un momento de felicidad. Uno no sabe cómo explicarlo, pero les agradezco a las autoridades que llegaron al lugar”, dijo en un gesto emotivo el recién rescatado.

No obstante, aseguró que sus captores constantemente lo amenazaban con matarlo si sus familiares no pagaban los 160 millones de pesos que exigían por su liberación.

“Eran tres o cuatro personas; hacían relevos y a toda hora me decían que me iban a matar, porque no llegaba la plata del rescate. Fue una tortura enorme”, recordó.

El coronel Aroca explicó que gracias a las investigaciones y a la información que aportó la comunidad, se logró activar el dispositivo de seguridad con el Ejército y se produjo el rescate del avicultor dentro de una cueva, cerca a un barranco.

Estaba amarrado de pies y manos.

Asimismo, se determinó que Navarro Jaimes estuvo en precarias condiciones durante los seis días que duró interno en la zona rural de Ocaña.

La Policía atribuye el secuestro a una organización de delincuencia común que opera en la zona.