Una “venganza” es la primera hipótesis que manejan las autoridades de Venezuela como móvil del crimen de los dos industriales de plástico, ocurrido el martes a las 3:00 de la tarde, en la zona industrial de Ureña, sector Aguas Calientes.
En el hecho, perdió la vida el cucuteño Andrés Echávez Trujillo, de 45 años, domiciliado en la urbanización Villa Camila de Cúcuta, propietario de la empresa Andiplast. Además, la mujer que lo acompañaba, identificada como Leidy Katherine Rodríguez Rubio, de 25, venezolana, propietaria de la empresa del plástico Plastilux.

El comisario  Luis Monroy, jefe de la policía científica del Táchira, declaró que a medida que avancen las investigaciones se irán descartando los posibles motivos que tuvieron los dos criminales  para atacar y asesinar  a la pareja de comerciantes.

Leidy Katherine manejaba una camioneta Toyota Fortuner, 2013, blanca, placa AB9920B, e iba en compañía de Echávez cuando fueron sorprendidos por una pareja de motorizados, que luego de exigirles que se detuvieran la emprendieron a tiros contra los empresarios.

“La primera hipótesis que tenemos es una venganza, tal vez, en contra de la muchacha. Pues, a ella fue a quien más balearon. Ambos eran industriales y tal vez se negaron a pagar vacuna”, señaló Monroy.

Sin embargo -dijo- que no pueden descartar el robo frustrado.

Según informó el diario La Nación, cuando los asesinos los perseguían la mujer hizo una maniobra con la camioneta y logró  hacerlos caer, lo que a la vez provocó que perdiera el control del volante y chocara el vehículo contra un muro. Situación que fue aprovechada por el parrillero, quien corrió hacia la camioneta  y los baleó.
 

Las familiares

Familiares de Leidy Katherine, también  residente en Villa Camila, se limitaron a  decir que la mujer tenía novio y con Andrés Echávez mantenía una relación de amistad. Agregaron que  desconocen qué motivó el ataque.

Allegados al industrial cucuteño expresaron a La Opinión que Andrés Echávez estaba casado y tenía una hija, menor de edad.

“Él siempre salía temprano a trabajar y regresaba a almorzar. Luego se devolvía para la empresa, ubicada muy cerca de donde lo mataron. Un hermano, que laboraba con él, nos avisó lo ocurrido”, señaló una hermana de la víctima, residente en el barrio San Luis.