Aún no están claros los hechos por los que un subintendente disparó a Rafael Alexander Ballesteros, contra quien presuntamente descargó su proveedor y lo volvió a cargar para rematarlo.

El caso se registró hacia la medianoche del sábado, en el sector de Los Vados, en la vía Cúcuta-Pamplona, luego de que el vigilante de una trituradora llamara a la Policía para alertar sobre la presencia de hombres extraños que rondaban por el sector.

El caso fue atendido por la patrulla más cercana, ubicada en el peaje de Los Acacios, conformada por el subintendente Jorge Gómez Villalba y el patrullero Jhon Ayala Mendoza, quienes llegaron al sitio a verificar la información.

El coronel William Donato Gómez, comandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta, informó que los policías encontraron en la vía a Rafael Alexander, de 30 años, y le solicitaron una requisa.

En ese momento -aseguró el oficial- el hombre se levantó la camisa y desenfundó un arma de la cintura. “Entonces el policía, quien iba atento como está ordenado, reaccionó y lo neutralizó”, indicó.

Según se conoció, Rafael Alexander alcanzó a correr y a lanzarse por un barranco, donde finalmente cayó sin vida.

Al realizar la inspección al cadáver, las unidades del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía le encontraron al hombre la pistola, que resultó ser de juguete, y al menos 12 heridas de bala de 22 que habrían sido disparadas por el policía.

El coronel Donato Gómez añadió que en la reacción ubicaron a un motorizado muy cerca del lugar de los hechos, quien sería primo de la víctima y tras ser identificado fue dejado en libertad.

“¿Qué hacen unas personas con una pistola de juguete en esa zona, cuando viven para Villa del Rosario?”, se preguntó el oficial.

Cabe resaltar que el mismo primo detalló a las autoridades que Rafael Alexander habría quedado con problemas sicológicos cuando prestó el servicio militar, pero hasta ayer ningún otro familiar había confirmado dicha información.

Por ahora, el suboficial enfrenta una investigación interna, mientras que el CTI avanza en las averiguaciones.

*La Opinión