Jorge Luis Solano Vega se dio a conocer en Ocaña por su fuerte forma de hablar al denunciar los actos de corrupción que se estarían dan en muchos despachos públicos en este municipio de Norte de Santander.

Pero aunque dio nombres y hasta entregó pruebas, sus delaciones no tenían los resultados que él esperaba. Sin embargo, este líder social seguía adelante, ganándose amores y odios.

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Precisamente por esa forma de ser y por sus denuncias incómodas para muchos, ganó, pero enemigos, teniendo que permanecer custodiado por un esquema de seguridad que le brindó la UNP, porque lo habían amenazado de muerte.

Pero ayer, esos hombres que le asignaron para mantenerlo vivo, no estuvieron presentes para evitar que un pistolero lo asesinara en la puerta de su casa, en el sector Miraflores, zona céntrica de Ocaña. El crimen del líder social provocó consternación en gran parte de Norte de Santander.

Cómo ocurrió el asesinato

Según se conoció, los escoltas de Solano lo dejaron al mediodía en su casa y se fueron a almorzar. No habían transcurrido diez minutos de que Jorge Luis llegara su residencia, cuando un desconocido se acercó y tocó el timbre. Al ver que él abrió la puerta, le disparó en el pecho y la cabeza.

Luego de verlo caer al piso, agonizante, el pistolero dio unos pasos, se subió a una moto y huyó con un cómplice que lo esperaba.

Minutos después de suceder el lamentable hecho, se conoció que Jorge Solano antes de abrir la puerta, extrañamente agarró un papel y escribió un mensaje, que ya está en manos de las autoridades para la investigación.

Solano, de 61 años, además de ser un líder social, hacia parte de la Mesa Municipal y Departamental de Víctimas.

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“Lo mandaron a matar aquellas personas que han creado el imperio de la corrupción en Ocaña, los intocables, aquí no se puede decir la verdad”, precisó un allegado a la víctima.

Las denuncias

Una de esas recientes denuncias que instauró Solano fue contra el gerente del hospital regional Emiro Quintero Cañizares, Jairo Pinzón López, aportándole supuestas pruebas contundentes a la Procuraduría, sobre posibles irregularidades en el proceso de contratación, provocando que este funcionario fuera suspendido de su cargo por tres meses y que le iniciaran una investigación en su contra.

También denunció las componendas otorgadas por algunos dirigentes de la región para elegir como personero a Óscar Eladio Galvis Tarazona, pronosticando su pronta renuncia, para dejarle el camino abierto al segundo de la lista, que es el hermano del cuestionado gerente del hospital, Jairo Pinzón. Y esa acción se dio ayer.

Cinco horas antes de su asesinato, el líder social puso un mensaje en las redes sociales: “como ya les había anticipado hace más de 20 días, se hizo efectiva la renuncia del personero títere, Óscar Galvis Tarazona. Si lo dice Jorge Luis Solano Vega, póngale la firma y no se diga más”.

En mayo, Solano también grabó un video donde arremete contra Jairo Pinzón, señalando que, “usted no pudo con la amenaza, no pudo con el soborno ni podrá por la vía judicial, le queda una sola vía, la de las armas, la del asesinato. A mí no me va a sacar del paseo, como ha sacado a mucha gente, aquí la pelea conmigo es diferente, soy defensor de derechos humanos… así que señor yo cuido mi vida y cualquier cosa que me pase, ya sabemos quién puede ser”.

Ante este video, Pinzón aseguró que por varios meses guardó silencio y hasta lo denunció por esas aseveraciones y que también se reunió con Jorge Solano en la Defensoría del Pueblo para aclarar toda esa situación.

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El líder social también señaló que, “me he cansado de denunciar y mis denuncios no han tenido eco, ni siquiera a nivel nacional. Y que nunca he estado preso, como lo afirma un falso perfil, llamado WhatsApp Noticias Ocaña, que es dirigido desde la alcaldía de Ocaña, encabezada por el alcalde Samir Casadiegos, motivado por la justa revocatoria que estoy liderando…”

Ante todo esto, amigos de Solano señalaron que se había convertido en la ‘piedra en el zapato’ de muchos en Ocaña y a raíz de esas denuncias fue que recibió intimidaciones y amenazas de muerte.

El abogado Silvano Calvo excandidato a la alcaldía de Ocaña defendió a Solano en muchas ocasiones en los estrados judiciales, sindicado de injurias y calumnias de los cuales salía airoso y en otras pagó algunos días de arresto por no rectificar la información, pues aseguraba que tenía los soportes en sus manos.