A Rossenber Sánchez Benítez solo le faltaban dos cuadras para llegar a su casa. Dos motorizados se le atravesaron en el camino y el parrillero le disparó sin mediar palabra.

Sánchez, quien también iba en moto por toda la esquina de la calle 3 con avenida 2 del barrio 7 de Agosto, de Cúcuta, lo frenaron los balazos y quedó herido.
 
Aunque la víctima fue trasladada hasta el policlínico de Atalaya, minutos después falleció.  

Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios recogieron 11 vainillas percutidas y dos proyectiles deformados de color dorado.

Sánchez Benítez, esposo y padre de dos menores de edad, había estado vinculado a la Policía y mañana, 2 de diciembre, cumpliría sus 36 años de edad.

El hombre habría renunciado a la institución tras salir en libertad después de enfrentar un lío jurídico que lo llevó a la cárcel. 

“Él vivía en el 7 de Agosto y estaba dedicado a su trabajo como vendedor de seguros para vehículos, sin que se conociera de problemas y amenazas en su contra”, dijo una allegada a la familia. 

El expolicía  fue absuelto del delito de fabricación, tráfico y porte de estupefacientes tras haber estado 10 meses en la cárcel, según la decisión de un juez al no hallar certeza razonable sobre la ocurrencia del delito por el que era procesado “ni se logró desvirtuar la presunción de inocencia”, según el fallo en segunda instancia que lo devolvió a la libertad.

A Sánchez Benítez le propusieron negociar su libertad a cambio de delatar a policías que integraban una red de apoyo a narcos, la misma a la cual, según él, fue vinculado “con mentiras”.