“Los tipos  entraron  a la finca y revolcaron todo. Luego me metieron al baño y amarraron a Carlos. Después se escucharon dos disparos”.

De esta manera recuerda la compañera sentimental de Carlos Andrés Cárdenas, de 23 años, el angustioso momento en que desconocidos llegaron a la finca Ciénaga, ubicada en la vía al corregimiento de Buena Esperanza (Cúcuta), y acabaron con la vida de su pareja.

La mujer, una morena  delgada, con su juventud a flor de piel y cuyo nombre prefirió no   mencionar, le contó a La Opinión que Cárdenas, natural de Santo Domingo (Antioquia), era el encargado de dicha  finca desde hacía tres meses y le correspondía cuidar el ganado y oficios varios.

“Teníamos 14 meses de relación y llegamos de Medellín en busca de un mejor futuro por recomendación de amigos  que Carlos tenía en Cúcuta”, señaló la mujer.

Pero dicho “mejor futuro” se vio frustrado para la pareja el pasado jueves a las 2 de la tarde, cuando sorpresivamente arribaron tres sujetos a la finca, portando armas cortas, dejando ver sus rostros, y los  obligaron a entrar a la casa.

Algo buscaban

“Revolcaron toda la casa y buscaron hasta en la ropa. Carlos les preguntaba qué necesitaban, pero no contestaban. Entonces fue cuando me metieron al baño y ordenaron que no hiciera bulla, ni fuera a gritar”, recuerda la mujer sobre aquel trágico momento.

No se sabe con certeza si los desconocidos encontraron lo que buscaban. Lo cierto es que Cárdenas, después de ser amarrado, recibió dos tiros que acabaron con su vida de manera inmediata y luego se marcharon.

“Salí del baño cuando no escuché a nadie y encontré a Carlos muerto en el suelo”, agregó la mujer, quien ayer realizaba las diligencias ante la Fiscalía para reclamar el cadáver y llevarlo a la región de origen.

El coronel Javier Francisco Mora Jiménez, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cúcuta, señaló que desconocen sobre los móviles y autores del crimen.