Para las autoridades, los móviles del crimen del fotógrafo Jhon Arturo Rozo Cardona indican que fue producto de un atraco. Sin embargo, algunos familiares de la víctima consideran que hay otra hipótesis de carácter pasional.

La noche del pasado lunes, un balazo en la cabeza acabó con la vida de Rozo, en la avenida 11 con calle 10 del barrio Carlos Pizarro. Este hombre estaba en compañía de una mujer con quien, al parecer, compartió durante los últimos meses.

Según se conoció, la pareja estuvo minutos previos al crimen, en el barrio Niña Ceci de la Ciudadela Juan Atalaya, donde ella visitó a una clienta, con la intención de tomar medidas para un vestido de una celebración de 15 años.

Luego, partieron en un vehículo rumbo a Carlos Pizarro. Tras estacionarse, se bajaron para subir unas escaleras que conducen a la casa de la mujer.

A las 10:40 de la noche, Rozo Cardona decidió retornar a su casa, en el barrio El Contento, pero al bajar las escaleras, dos hombres lo interceptaron y ,al parecer, le exigieron que les entregara el celular y un dinero en efectivo.

De acuerdo a la versión policial, la víctima puso resistencia y se desencadenó un forcejeo con los atracadores, por lo que uno de los asaltantes sacó un arma y le disparó, causándole la muerte inmediata.

Según uno de los dolientes, la mujer que acompañó a Rozo minutos previos al homicidio, fue con quien compartió algunos meses, al parecer, en una relación sentimental. Por ello, los familiares del fotógrafo insisten en que el móvil está relacionado con una situación pasional.

Rozo dejó dos hijos, producto de su relación sentimental con otra mujer y actualmente estaba separado.

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) practicaron la inspección y el levantamiento del cadáver y avanzaron en las primeras pesquisas del hecho.

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Vida entre imágenes

Rozo, de 48 años de edad, trabajó durante al menos 20 en el gremio de las comunicaciones.

Sus familiares recordaron su labor en la oficina de prensa de la Alcaldía de Cúcuta, durante la administración de la alcaldesa María Eugenia Riascos.

En la actualidad, la víctima tenía una empresa de grabación de fiestas y eventos, con la que conseguía su sustento diario.