Recordar el homicidio de José Edwin Tirado Buitrago, ocurrido la noche del 17 de julio en el barrio San Miguel, le refleja a sus familiares dolor y la necesidad de hallar al culpable que, al parecer, sería un uniformado de la Policía Metropolitana de Cúcuta.

“Casi todo el barrio estaba presente. La Policía sabe que fueron ellos y no quieren hacerse responsables. La muerte de mi hijo no puede quedarse impune así haya sido una equivocación. La institución tiene que pagar su error”, dijo el papá de Tirado.

Aunque ha pasado un mes y cinco días desde que ocurrió el hecho y a pesar de que miembros del CTI de la Fiscalía inspeccionaron las 26 pistolas de los uniformados del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) que estuvieron esa noche en el lugar, aun no hay respuestas concretas sobre el responsable de disparar contra Tirado en la cara.

Un tío de la víctima, pensionado de la Policía, dijo que no comprende por qué esa misma noche no se estableció con claridad quién fue el responsable del hecho.

“Era muy fácil haber reunido al grupo y detectar la pistola que se usó, porque solo fue un disparo que se escuchó”, dijo el doliente.

El familiar recordó a José Edwin como un muchacho trabajador, alegre y que no le gustaba estar en la calle.

“Ese muchacho llegaba y él mismo se preparaba la comida. No le gustaba ni salir a la calle. Se la pasaba trabajando y haciendo ejercicios”, dijo uno de los familiares

Jessica Tirado, hermana de José Edwin, no pudo contener las lágrimas al recordar que perdió a su hermano en medio de una acción ‘apresurada’ de la Policía.

“Yo soy enfermera y le ayudaba siempre a mi hermano a vender zapatos. Él era un hombre bueno, todo el barrio sabe, que nosotros hemos luchado por salir adelante”, dijo.

Los familiares de Tirado han intentado acceder al expediente y a las investigaciones sobre el caso a través de su abogado, pero no ha sido posible.

Velorio en toque de queda terminó en tragedia

‘Manuelito’, asesinado a balazos y con sevicia en Cúcuta

“Ya adelanté un derecho de petición y si me lo niegan, instauraré la tutela, porque eso no se le puede negar a las víctimas”, dijo el profesional del derecho.

Los dolientes están seguros que hay videos de unas cámaras de seguridad que registraron el hecho y quieren tener acceso a dichas imágenes.

Además, aseguran que la bala que le quitó la vida al joven,de 22 años, quedó incrustada en su cráneo, por lo que esto ayudaría a esclarecer quién disparó.

¿Cómo fue?

La noche del hecho, los vecinos del barrio San Miguel estaban en el velorio de Manuel Eduardo Acevedo Castro, alias Manuelito, quien fue asesinado, de al menos quince disparos, en el barrio Colinas.

Según se conoció, un grupo de policías llegó a la calle 8 entre avenidas 19 y 20, con el fin de controlar la aglomeración de personas.

Pero, en medio de las exigencias de los policías para que la comunidad del sector cumpliera el toque de queda ordenado por la Gobernación de Norte de Santander, al parecer, se desató una discusión entre algunos vecinos y amigos de Manuelito, con aquellos uniformados.

A la Policía le fueron lanzadas algunas piedras, por lo que uno de ellos, presuntamente, sacó su arma de dotación para repeler el ataque.

“Sacó la pistola y parecía como un loco gritando que corriéramos”, dijo uno de los testigos, en ese momento.

Minutos después, la detonación de un disparo alertó a la comunidad de que algo había pasado. En ese instante vieron caer al piso a José Edwin Tirado, quien recibió un impacto de bala en la cara.

“Él no corrió. Nunca pensó que le fueran a disparar. Yo oí que un patrullero del Goes le reportó a un superior por el radio que había 911 (disparos)”, dijo otro testigo del hecho en el momento.