A 10 metros del puente Tubos, que da a un portón metálico, oxidado, enmarañado en ramas secas, a la entrada de la finca El Paraíso, yacían amontonados cuatro cadáveres. 

Ese lugar, convertido en el paso del contrabando por décadas, está ubicado a unos 3 kilómetros del Instituto Educativo de Campo Alegre, vereda de Agua Clara, zona rural de Cúcuta en límites con Venezuela.

Debajo de un enorme árbol, acabado por los años, estaban los cuerpos sobre piedras y arena. Tres de ellos quedaron uno al lado del otro y, el cuarto, bocabajo, con las piernas encima del tercero.

Los cuatro tenían los rostros ensangrentados con evidentes impactos de bala en la cabeza y sus extremidades. 

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Al parecer, desde la noche del martes, lugareños vieron pasar a una camioneta azul oscura que los arrojó en ese lugar y huyó con rumbo desconocido.

Sin embargo, fue hacia las 11:00 de la mañana de este miércoles, que un fuerte operativo de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se adentró a la zona para la inspección y levantamiento de los cuerpos.

“No es la escena del crimen. No hay vainillas, ni abundante lago hemático (sangre). Acá no los mataron”, confirmó vía telefónica un alto rango a su superior, una vez llegó al sitio.

Minutos después, cuando los investigadores de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brihno) indagaban la escena del hallazgo, un enorme tatuaje ubicado en la mano izquierda de uno de los cuerpos les indicó una pista. 

Los identificaron

Luego de que el grupo de antiexplosivos de la Policía evidenciara que los cadáveres estaban listos para ser inspeccionados, sin ningún riesgo, las autoridades confirmaron sus sospechas.

La vida criminal de 'Ronald', quien presuntamente fungía como cabecilla de una temible oficina de sicarios, conocida como La R, que delinque en Cúcuta y el área metropolitana, parece que llegó a su final. 

“Por el tatuaje que tiene en su brazo, estamos hablando de que es él (alias Ronald)”, dijo ayer una fuente judicial.

Ronald Rincón Reyes sembraba terror y muerte a donde llegaba. Vestido de camisa negra, sudadera azul oscura y tenis negros quedó sin vida sobre la vía polvorienta. 

Poco a poco, los investigadores fueron identificando a cada uno de los cadáveres y encontraron que también entre las víctimas estaba Jairo Arley Restrepo Rodríguez, 'Jairito', presunto sicario y mano derecha de 'Ronald'.

Restrepo Rodríguez figuró en el cartel de los más buscados de Cúcuta, que difundió en 2019 la Mecuc, asegurando que ese hombre estaba involucrado en el crimen de José Alexis Villamizar Torres, ocurrido en febrero de 2019, en un restaurante en el barrio Trigal del Norte. Pero- precisó la Policía- que tras el rumor de su presunta muerte en Venezuela, en este año no figuró dentro del nuevo cartel, recientemente difundido.

El tercer cuerpo identificado fue el Jeison Darío Ureña Remolina que, según una fuente judicial, se trataría de 'Peterete', quien también haría parte del anillo de seguridad de Ronald.

Por último, se conoció que la cuarta víctima respondía al nombre de Jorge Eliecer Campo, del cual las autoridades indagaban más sobre su identidad y sobre qué hacía en ese lugar. La Opinión conoció que era popularmente conocido como 'Canoso'.

¿Quiénes fueron?

Para las autoridades es claro que en la zona se disputan el control del territorio guerrilleros del Eln y la banda criminal Los Rastrojos.

“Los alcances de 'Ronald' tocaban fibras en Los Pelusos, el Eln y hasta Los Rastrojos. Era un tipo que había logrado ‘casarse’ con todos ellos y todo lo que había después de Boca de Grita hasta el Lago de Maracaibo. Puede ser que se llenó de enemigos y en la mafia no se admite que un mismo sujeto ‘baile con todas’”, dijo una fuente judicial.

Según la fuente, 'Ronald' estaba en sus líos de narcotráfico y esto habría desatado un problema interno que lo llevó a su sentencia de muerte, al parecer, por parte de Los Rastrojos, arrastrando con quienes lo acompañaban.

Con este hecho, en este 2020, ya suman tres masacres en zona rural de Cúcuta. La primera fue el 8 de marzo, cuando aparecieron 8 cuerpos que fueron arrojados en una finca cerca de Palmarito; la segunda, denunciada por la familia de cuatro viajeros ocurrida la tarde del domingo 5 de julio. Hasta la fecha, solo han encontrado dos cuerpos, después de haber sido arrojados todos al río. 

A estas 4 recientes muertes, se suman las 12 anteriores para un sangriento saldo de 16 personas asesinadas.