Una familia venezolana que se bañaba en el río Táchira contó como sintió la muerte de cerca al quedar en medio del fuego cruzado que se desató en el sector La Arrocera de La Parada, en Villa del Rosario.

Ese sector fronterizo comunica por pasos ilegales a la invasión Mi Pequeña Barinas, que está en San Antonio del Táchira (Venezuela). Desde allá, al menos 20 hombres de pantalón verde, camisetas negras (manga larga) y encapuchados con armas de largo alcance, pasaron a territorio colombiano. Luego de ocultarse entre los matorrales, se dirigieron hacia unos policías de la Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), que custodiaban la zona.

Eran las 5 de la tarde del martes, cuando las detonaciones de los encapuchados se desataron contra los uniformados, lo que provocó la reacción de los mismos.

“Yo estaba con mi hija y mi marido. Nos resguardamos en una piedra, pero sentíamos mucho miedo. Fue muy fuerte y solo pensaba en mi niña”, dijo la venezolana oriunda de Puerto Cabello. 

Del lado de La Parada, los habitantes también intentaban resguardarse para no ser alcanzados por algunas de las balas que iban de un lado a otro.

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“Los sujetos creyeron que los uniformados estaban solos en ese lugar, pero no contaban con que habían más policías del otro lado. Además el Ejército también llegó y respondieron al ataque”, dijo una fuente judicial.

Tiempo

Veinte minutos más tarde una aparente calma llegó y las autoridades rodearon todo el lugar para ver si alguno de los desconocidos estaba herido, pero solo hallaron vainillas de pistola y fusil.

“Los bandidos no tuvieron de otra que retroceder por donde se metieron. Se escondieron en tierra venezolana”, añadió la fuente.

Dos heridos

La Mecuc conoció que un hombre, que estaba a unas cuadras de donde ocurrió el ataque, recibió un impacto de una bala de fusil en uno de sus glúteos,  siendo llevado rápidamente a un centro asistencial en Cúcuta.

Extraoficialmente, también se conoció que uno de los encapuchados también resulto herido y fue llevado como pudieron a territorio venezolano.

Todo parece indicar que la fuerte presencia de las autoridades colombianas en los pasos ilegales, ha generado malestar en los grupos armados ilegales como el Eln que, al parecer, se está financiando del contrabando y del cobro a las personas que pasan por ese sector.

Tras un registro fotográfico hecho por este medio, se evidenció a dos hombres que cubrían sus caras con un trapo negro y exigían el pago a quienes por allí pasaban