Mil quinientos millones de pesos le exigieron a la familia de Gloria María Contreras Chinchilla por su liberación.

La mujer, de 61 años, fue plagiada la madrugada del domingo en la urbanización San Miguel de Chinácota, vía a Toledo.

Una hija recibió este lunes la llamada en que los delincuentes, quienes no se identificaron como miembros de un grupo armado específico, afirmaron que hace dos años le venían haciendo seguimiento a Gloria María y conocían, supuestamente, sobre sus propiedades. Además, que durante ese tiempo no les habían pagado un “impuesto de guerra” y por eso les estaban cobrando.

“También dijeron que ella vendió una propiedad en Bucaramanga, pero eso es mentira, pues en dicha ciudad  no tenemos ninguna. La cabaña de donde se la llevaron la estamos construyendo desde hace dos años”, señaló su hija.

Los familiares de Gloria María, quien es comerciante y nunca había recibido ninguna amenaza, pidieron a los captores que le respeten la vida y tengan en cuenta que ella requiere algunos cuidados médicos y alimentarios.

“Mi madre sufre de diabetes y tensión alta. Además, está operada de un bypass gástrico y no puede comer cualquier tipo de alimentos, ni tomar agua cruda, sumado a otras complicaciones  cardiacas que requieren medicina diaria”, señaló la hija.

El coronel Jhon Jairo Aroca, comandante del departamento de Policía en  Norte de Santander, señaló que se mantiene la recompensa por información que conduzca al paradero de la comerciante, a la línea 165 del Grupo Gaula de la Policía.

Los hechos

Gloria María Contreras Chinchilla, residente en Cúcuta y madre de cinco hijos,  llegó el sábado a Chinácota  para pagarle a unos obreros y hacer mercado, pero hacia las 7:00 de la noche prefirió quedarse en su cabaña y madrugar.

A la 1:30 de la madrugada, cuatro sujetos armados y con los rostros cubiertos, se la llevaron a la fuerza. Según se conoció, los desconocidos cortaron una malla que rodeaba el predio e ingresaron a la cabaña.

Gloria María estaba acompañada de un hermano, quien fue amarrado, y procedieron a llevársela con rumbo desconocido.

“A mi mamá también la amarraron y la sacaron descalza y en piyama”, agregó la hija.

El coronel Jhon Jairo Aroca, señaló que siguen trabajando en conjunto con el Ejército con el fin de esclarecer los hechos y autores materiales e intelectuales que han rodeado el plagio.