Jorge Leandro Bastos Vergel fue señalado por las autoridades de ser el cabecilla de finanzas del Clan del Golfo en La Parada, Villa del Rosario, y así lo aceptó al llegar a un preacuerdo con la Fiscalía. 

Ese hombre, conocido como Pinki, fue detenido en el barrio La Playa, en La Parada, el 18 de mayo de 2017 por unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en cumplimiento a una orden de captura en su contra por el delito de concierto para delinquir, con fines de extorsión.

Según la Fiscalía, dicha orden fue expedida luego de que la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) recibiera información sobre varias personas que presuntamente hacían parte del Clan del Golfo, aportando los alias y la descripción física de cada uno de sus integrantes, refiriendo además que la organización criminal estaría inmersa en algunos homicidios, cuyas víctimas habrían sido sepultadas en fosas.

“Entre ellos estaba Pinki, encargado de ser financiero de la organización criminal en La Parada. Se dedicaba  al cobro de extorsiones a comerciantes y en las trochas que comunican a Colombia con Venezuela”, detalló el ente investigador.

Accionar

Según la Policía, Bastos concentraba su accionar en las trochas La Colombianita, La Playita, Los Mangos y El Tomito.

Desde estos lugares controlaba el paso de mercancía y gasolina de contrabando, intimidando a sus víctimas y extorsionándolas con cuotas desde $100.000 hasta $3 millones. 

Además, extorsionaba a los transportadores y a los vendedores informales que trabajan sobre la autopista de Villa del Rosario.

“Bastos Rangel quedó a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y luego de ser escuchado en audiencia judicial fue enviado a la cárcel por un juez para que responda ante la justicia. Con esta captura se logró debilitar las finanzas del Clan del Golfo en esta zona de frontera”, señaló entonces la Policía Metropolitana en un comunicado de prensa.

Preacuerdo

Tras su captura, Bastos Vergel fue presentado ante el Juzgado Octavo Penal, con función de garantías, que legalizó su captura y le impuso medida de aseguramiento en prisión, mientras avanzaba el proceso en su contra.

Al llegar al preacuerdo, Pinki evitó ir a un juicio oral y público y se acogió a sentencia anticipada, admitiendo los cargos a cambio de una rebaja en la pena, la cual, se tasó en el mínimo de años que contempla este delito (sin lugar a beneficios por la gravedad del concierto).

Dicha negociación, fue presentada ante un Juzgado especializado de Cúcuta  que lo aprobó y lo sentenció a 8 años de prisión, además de pagar una multa de 2.700 salarios mínimos legales mensuales vigentes a favor del Estado.

Este hombre, quien dijo llevar dos años delinquiendo para el Clan del Golfo y tener un sueldo de $1.500.000, fue enviado a la cárcel de Cúcuta, donde deberá purgar la pena impuesta.