Un juzgado especializado de Cúcuta no aceptó el preacuerdo al que llegaron José Wilmar Peñaranda Peñarada y sus hermanos Oscar Eduardo y Diego Armando.

Los tres hombres aceptaron su participación en el secuestro de la niña Daniela Mora, de 11 años, hija del director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Diego Fernando Mora, ocurrido  la tarde del jueves 4 de junio de 2015.

Según la Fiscalía, dicho preacuerdo contempló una condena de 10 años para Oscar Eduardo, tras degradar su participación de autor a cómplice, y de 20 años para sus hermanos, teniendo en cuenta que entregaron a la niña antes de 15 días y no recibieron dinero por su liberación. 

Esta negociación contó con el acuerdo de un abogado que representa a la familia de la niña en el caso.  

Los tres hermanos, detenidos 15 días después del plagio, fueron imputados por los delitos de secuestro extorsivo agravado y porte ilegal de armas agravado. 

En el caso de Oscar Eduardo, el juzgado aclaró que se degradó su conducta a complicidad, no permitida en este preacuerdo por el tipo de delito, más aún cometido contra una menor de edad, y no se tuvo en cuenta el delito de porte ilegal de armas para tasar su pena.

Además –dijo- no se fijó una multa para los procesados en el preacuerdo y ello era “dejar en el limbo la pena principal”. Razón por la cual, fue desaprobado y corresponderá, a la Fiscalía y a los procesados, ajustar un nuevo preacuerdo o enfrentar un juicio oral y público.  

Las detenciones

Las capturas de los hermanos se produjeron en la ciudadela La Libertad, donde fueron detenidos José Wilmer y Diego Armando. Entre tanto, en un allanamiento realizado en la finca Los Avestruces, ubicada en la vereda El Palmar (Villa del Rosario), fue capturado Óscar Eduardo.

Daniela Mora fue secuestrada cuando salía de un instituto de enseñanza de matemáticas y español, a través de un método japonés, ubicado en el barrio Ceiba II de Cúcuta.

Como de costumbre, el conductor de la familia Mora llegó a recoger a la menor en el centro de enseñanza. Sin embargo, en las cámaras de seguridad del sector quedó grabado el momento en el que un hombre de contextura gruesa, que había rondado el lugar una hora antes, se acercó al carro y 13 minutos después, cuando la menor salió del instituto y se montó al vehículo, se marchó con ella y el conductor.

A través de la señal del GPS del celular de Daniela, las autoridades siguieron su rastro hasta el municipio de San Cayetano.

El sábado 6 de junio la menor fue dejada en libertad tras la presión de las autoridades. La niña se reencontró ese día con su papá en Cornejo, cerca de las 3:00 de la tarde.