Al parecer, una pica de construcción se convirtió en el arma utilizada por el asesino de María Celina Arias Arias, de 59 años, a quien atacó sin piedad varias veces, causándole las heridas que la llevaron a la muerte.

Este caso, que causó estupor entre los habitantes del barrio Belisario, se registró hacia las 8:00 de la mañana del pasado sábado cuando presuntamente un desconocido ingresó a la vivienda de la indefensa mujer, ubicada en la calle 13 con avenida 13 en ese sector en el occidente de Cúcuta.

De acuerdo al reporte policial, María Celina fue hallada en una habitación de la casa en estado inconsciente por el esposo Raúl Pérez Castro, de 60 años, quien en ese momento llegó del trabajo.  

El hombre en su desesperación al ver que ella presentaba heridas en la cabeza y el rostro habría llamado a uno de sus hijos que es taxista, quien la trasladó al Policlínico de Atalaya, pero dado el grave estado de la paciente fue remitida hacia una clínica de la ciudad, donde finalmente falleció.

De acuerdo al parte médico, el deceso se produjo por un trauma craneoencefálico severo y múltiples heridas en la cara.

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Los vecinos

María Celina vivía en dicho inmueble con el esposo que se desempeña como vendedor de pollo en una carreta y con dos de los hijos de la pareja que habrían salido a trabajar en Cenabastos hacia las 7:30 de la mañana, poco antes que la tragedia se presentara en el hogar de la familia. 

La puerta hacia la calle todos los días permanecía abierta, porque la familia vivía desprevenida al no tener problemas con nadie y por el contrario gozaban en apreció de los vecinos. Según se conoció, especialmente Doña Celina, como la conocían, ya que “ella era muy formal y saludaba a quienes pasaban frente a su hogar”, dijo una vecina.

Ese hecho fue aprovechado por el agresor para ingresar libremente a la humilde casa y atacar a la mujer, que en ese momento estaba sola “al parecer, con intenciones de robar”, se aventuró a decir otro vecino consultado.

Sin embargo, nadie en los alrededores escuchó ningún ruido, ni gritos de auxilio o cualquier indicio de que en la casa marcada con el número 13-38 estuviera ocurriendo un crimen, hasta que el esposo de la víctima llegó y se encontró con la terrible escena.

Los habitantes se mostraron muy afectados por la brutalidad con la que actuó el agresor, manifestando que sería una persona conocida en ese barrio de la ciudadela Juan Atalaya, agregando que ya las autoridades tenían la información y que su captura se produciría de un momento a otro.

Sin embargo hasta el cierre de esta edición no se conocía una información oficial al respecto.

Unidades de la  Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección técnica a cadáver en el centro de salud donde se registró la muerte de María Celina. 

Posteriormente, el cuerpo fue llevado a Medicina Legal, donde el personal forense analizará los traumas sufridos y entregará el cuerpo a sus familiares para darle sepultura.

Los parientes evitaron entregaron declaraciones al respecto.