El accidente que sufrió el camarero Franklin Emilio Martínez Santander, el pasado 6 de octubre, terminó por cobrarle la vida.

Aquella noche, Martínez Santander llegó a su casa ubicada en el barrio Belén, pero posteriormente decidió salir a una diligencia en su motocicleta Suzuki GN, de placa colombiana. Por ser un recorrido corto, evitó llevar el casco, como de costumbre transitan por los barrios algunos motorizados.

Hacia las 9:00 de la noche, Franklin Emilio venía de regreso por la avenida 26 con calle 29, en el sector conocido como El Triángulo, cuando ocurrió la tragedia.

Testigos aseguraron que el camarero iba avanzando en su moto cuando de repente fue impactado por otra motocicleta cuyo conductor iba a gran velocidad haciendo caballito.

La víctima fue golpeada en la cabeza con la rueda delantera haciéndolo perder el equilibrio y cayó  aparatosamente al pavimento. Luego,  empezó a sangrar por una de sus orejas, dijo un testigo.

El motociclista que habría ocasionado el fatal accidente desapareció sin auxiliar a quien permaneció por varios minutos tirado en plena vía, según personas que a esa hora se encontraban en el sitio.

Franklin Emilio fue trasladado a la clínica Medical Duarte, donde permaneció en estado crítico durante varios días, siendo remitido a la clínica Santa Ana dada su delicada condición de salud.

Sin embargo y a pesar de los esfuerzos médicos el camarero, de 36 años, nacido en Cúcuta, fue agravándose y murió el primero de noviembre, a las 9:35 de la mañana.  

Su muerte causó un gran dolor a sus seres queridos, particularmente a su esposa, quien mantenía la esperanza de su recuperación para que volviera al hogar donde lo esperaban su hijo de 13 años y una niña de 10, quienes hoy lloran su partida.

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Los familiares de Franklin  pidieron que sea investigado el caso y se identifique plenamente al responsable para que entregue su versión a las autoridades a fin de establecer responsabilidades.

En el lugar de los hechos, se encuentra una cámara de seguridad de la Policía, que podría haber captado el momento del hecho, además de otras cámaras de vigilancia del sector que ayuden a identificar al responsable.

Los seres queridos describieron al camarero como una persona trabajadora y un padre responsable. Ayer, todos estuvieron en la morgue para reclamar el cadáver, cuya entrega se ha demorado por parte de Medicina Legal. El sepelio está programado en el Cementerio Central.