‘‘Ay, mi chinito. Yo lo quiero ver, lo quiero abrazar. Tráiganmelo, por favor”. Así, entre llanto y dolor gritaba una y otra vez Grisel Quiroz, mamá del menor venezolano de 15 años que fue asesinado junto a otro hombre de 36 años, este sábado, debajo del puente Francisco de Paula Santander, en El Escobal.

Todo ocurrió hacia las 9 de la mañana, cuando se escuchó una balacera que generó pánico en ese paso fronterizo. Cinco minutos antes, Grisel se estaba preguntando por qué su hijo estaba tardando tanto en regresar.

“Él, es Abraham López Quiroz, trabajaba como carretillero desde hacía seis meses. Nos vinimos del estado Miranda. Él estaba pasando un viaje de mercancía que toca llevar a Venezuela por debajo del puente porque Migración no deja por el puente. Pero cuando oí la plomacera me entró la angustia”, contó la  madre del menor.

Un hombre allegado a la familia del menor y de José Colina, el otro venezolano asesinado, manifestó que antes de que salieran con destino hacia el puente, él les hizo una advertencia. 

“Desde hace cuatro días hay unos 40 o 50 hombres encapuchados que se identifican con insignias del Eln, ellos no han querido salir de ahí y quieren es intimidar. Yo les dije: ‘No cojan tan temprano por allá, eso está caliente’ pero aun así, se fueron”, dijo el allegado.

Un testigo, que estaba con los dos venezolanos, contó cómo vivió ese momento.

“Yo llevaba mi carreta cuando sentí los tiros pasar por un lado y por el otro y empecé a correr. En esas, vi como cayó ‘Chiquito’. Esos hombres estaban vestidos de negro y con un brazalete y con armas muy grandes”, dijo el testigo, quien explicó que por cada viaje de carga que hacen a Venezuela, pueden ganar entre 5 mil o 8 mil pesos, por maleta .

“Es así como nos buscamos la vida acá en Colombia”, dijo. 

Del lado venezolano

Aunque los cuerpos de los dos venezolanos quedaron debajo del puente y antes del río Táchira, las autoridades colombianas, a través del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) aseguraron que habían quedado en territorio venezolano y, por lo tanto, deberían ser las autoridades venezolanas las encargadas del levantamiento de los cadáveres.

Sin embargo, las súplicas de los familiares venezolanos no fueron tenidas en cuenta, por las autoridades venezolanas, que no se acercaron  adelantar dicho procedimiento, por lo que hacia las 2 de la tarde, una funeraria de Colombia, en compañía de familiares, recogieron los cuerpos y los pasaron a territorio colombiano para lograr hacer el levantamiento.

El coronel Francisco Gélvez, subcomandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, manifestó que “la policía judicial y criminal venezolana quedó en pasar, pero no lo hicieron, por eso  nos tocó hacer el levantamiento por razones humanitarias”, dijo el coronel, quien  precisó que desconoce sobre qué grupos armados habrían desatado  el hecho. 

*La Opinión publica el nombre y la foto del menor con autorización de la mamá.