Juan Santiago Gallón Henao, quien se vio involucrado en la investigación por el asesinato del futbolista Andrés Escobar (1994), fue capturado esta semana en Cúcuta por presunto tráfico de cocaína a Europa. 

En el momento de su detención, estaba en compañía de otro sujeto que manifestó ser quien lo transportaba en la ciudad, a donde Gallón había llegado hace tres meses procedente de Medellín, tras enterarse que las autoridades tenían una orden de captura en su contra y le pisaban los talones. Al parecer, vivía en un hotel y fue detenido en el centro.

Hacia el mediodía de este miércoles se instaló la audiencia ante el Juzgado Primero Penal Municipal Ambulante, con función de garantías, en el segundo piso del  Palacio de Justicia.

La Fiscalía hizo la lectura de al menos siete hechos relacionados con presunto  narcotráfico en los que habría participado Gallón Henao, pero subrayó uno en especial: la incautación de un cargamento de 2.029 kilos de cocaína  en una bodega en Barranquilla, el 25 de noviembre de 2016. 

“La droga (valorada en 10 mil millones de pesos) estaba a las afueras del barrio Chiquinquirá, dentro de 100 bultos con material de PVC triturado, para posteriormente ser transportada por vía marítima hacia Centroamérica y Europa. Pertenecería al Clan del Golfo”, señalaron entonces los medios de comunicación.

En el allanamiento a la bodega fueron capturadas cinco personas y a partir de este momento inició una rigurosa investigación que incluyó interceptaciones telefónicas, quedando al descubierto el nombre y contacto de Gallón Henao, como una de las personas que habría participado dentro de la preparación del fallido envío de coca al exterior.

En la audiencia, la Fiscalía reveló algunas llamadas (parte del material probatorio) en las que miembros de la organización hablan con Juan Santiago y se refieren supuestamente a envíos de droga, viajes y hasta un apoyo de $20 millones para los cinco detenidos en el allanamiento en Barranquilla.

Por estos hechos, la Fiscalía le imputó el delito de fabricación, tráfico y porte de estupefacientes agravado. 

El cargo no fue aceptado por el imputado y proseguirá un plazo de tres meses para que la Fiscalía formule la acusación, dando inicio al juicio oral y público. Por el tipo de delito será procesado ante la justicia especializada.

A prisión

La Fiscalía argumentó ante el estrado que Gallón Henao financió la exportación de la droga, no tenía domicilio en Cúcuta y era un riesgo para la sociedad. Razón por la cual, solicitó que fuera enviado  a la cárcel, mientras avanzaba el proceso en su contra.  

Dicha petición fue apoyada por el representante del Ministerio Público y acogida por el togado que le dictó medida de aseguramiento en la cárcel de Cúcuta. Por ahora, se desconoce su traslado a otra ciudad.  

No extradición

Tulio Mario Botero, abogado de Juan Santiago Gallón, dijo a La Opinión que respecto a la supuesta extradición y la inclusión en la lista Clinton de su cliente (por parte de las autoridades de Estados Unidos), no tenía conocimiento, solo las versiones de prensa.

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“En esta audiencia no se tocó este tema. La fiscal del caso me confirmó que en Colombia no hay dicha solicitud de extradición. Además, en las conversaciones presentadas no se habla de narcotráfico”, reiteró el abogado al tiempo que anunció que preparará su defensa para el juicio. 

Estuvo en prisión

Las actividades económicas de Gallón están relacionadas, desde hace tres décadas, con la ganadería, la caballería y el sector agroindustrial. 

Las autoridades colombianas lo condenaron, según la Fiscalía, a tres años y tres meses de prisión por financiar grupos paramilitares en el suroeste antioqueño, pero su pena fue reducida a la mitad.

El organismo investigador asegura que Gallón Henao se entregó a la Fiscalía el 10 de julio de 2009 y fue procesado por apoyar financieramente “un grupo de 300 paramilitares liderados por los Castaño, que delinquió en las poblaciones antioqueñas de Titiribí, Amagá y Angelópolis entre 2000 y 2004”.

Caso Andrés Escobar

Juan Santiago Gallón es recordado por haber sido investigado y absuelto por la muerte del futbolista de la Selección Colombia Andrés Escobar, en 1994.

El caso se remonta a la madrugada del 2 de julio de 1994, cuando ocurrió el asesinato de Escobar en Medellín, quien días atrás había llegado de Estados Unidos, donde se jugaba la Copa Mundo.

Colombia fue eliminada en la primera ronda de la cita mundialista, por lo que el defensa había sido duramente criticado luego de que marcara un autogol en el segundo partido de la Selección, contra el país anfitrión.

Los dos hermanos, Pedro David y Juan Santiago, recriminaron al futbolista por el autogol y Andrés Escobar habría intentado pedir respeto, con lo que se dio inicio a una discusión que terminó en su asesinato a sangre fría. 

Testigos en el lugar afirmaron que el enfrentamiento se originó al interior de la discoteca entre los hermanos Gallón Henao y Escobar, entre empujones y palabras de grueso calibre, y terminó en el parqueadero con la muerte del jugador. 

Quien descargó el arma en contra del defensa del Atlético Nacional fue Humberto Muñoz Castro, el conductor de los Gallón, que se montó en el capó del vehículo y le disparó seis veces al jugador. 

El hombre se declaró responsable del crimen por lo que fue condenado a 43 años de cárcel, de los cuales pagó 11, mientras que los Gallón Henao fueron sentenciados a 15 meses excarcelables.

Estructura narcotraficante

Ayer, en un comunicado de prensa la Fiscalía informó que Gallón sería uno de los principales inversionistas de la estructura narcotraficante que dirigía Andrew Mark Deamer, un ciudadano británico conocido como El Mono o Marcos, quien fue capturado el 1 de noviembre de 2017, en una lujosa finca de Rionegro (Antioquia).

En esa oportunidad, otras 19 personas fueron aprehendidas en operaciones simultáneas desarrolladas en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Santa Marta y Villavicencio.

Diversas técnicas de policía judicial realizadas por los investigadores del CTI de la Fiscalía evidenciaron que los dineros aportados por Juan Santiago Gallón, habrían sido destinados para sostener el engranaje narcotraficante y el perfeccionamiento de una nueva modalidad de camuflaje de estupefacientes, en la que mediante un proceso químico lograban que la cocaína tuviera la forma, textura y olor de productos como concentrado para perros, alimento para gatos, arena y fertilizantes.

Seis incautaciones realizadas en los últimos tres años en diferentes zonas del país, que sumaron algo más de cinco toneladas de cocaína, pusieron al descubierto este plan criminal, que tenía como propósito poner cocaína en Estados Unidos y Europa.

Los indicios recopilados permitieron establecer que la organización narcotraficante instalaba laboratorios en zona rural, muchos de ellos en fincas de algunos municipios de Antioquia. Hasta allí llegaba un grupo encargado de la adaptación de maquinaria artesanal, transporte de insumos y elementos necesarios para el procesamiento.

Posteriormente, el equipo químico ingresaba al área, ponía en marcha la transformación de la cocaína en productos veterinarios y agropecuarios, y en dos días salía del lugar. 

En las incautaciones y controles técnicos realizados se detectó la elaboración de concentrado para perros, arena sanitaria para gatos, fertilizantes, polvo palmito y cocaína líquida; y la utilización de múltiples sustancias controladas, esencias y colorantes para lograr que el estupefaciente tuviera similitud en forma, olor, textura y apariencia a los productos lícitos.

“Luego de la transformación, movían el estupefaciente hasta Barranquilla y, a través de la empresa exportadora del cabecilla de la estructura, presuntamente ponían los cargamentos en países de Europa. Cuando la cocaína era recibida, diversos integrantes de la organización, en específico los químicos, debían viajar a dichos destinos para revertir el proceso y así extraer el estupefaciente para su comercialización”, señala el comunicado.