El exjefe paramilitar fue condenado esta semana en Estados Unidos solo por conspiración para introducir y distribuir droga en ese país.
Lograron que Mancuso fuera exonerado del cargo de terrorismo internacional

El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso fue condenado esta semana en Estados Unidos a 15 años y 10 meses de prisión, y las reacciones no se hicieron esperar entre las víctimas y sus representantes en Norte de Santander.
El juzgado norteamericano reconoció el tiempo que Mancuso ha estado en prisión, por lo que podría quedar libre en seis años, o en cuatro años si se tiene en cuenta el 15 por ciento de rebaja de pena al que tiene derecho por colaboración con la justicia.
Los abogados de Mancuso lograron que fuera exonerado del cargo de terrorismo internacional (cuya pena supera los 30 años) y aceptara solo los cargos de conspiración para introducir y distribuir droga en Estados Unidos en calidad de cabecilla de una poderosa organización internacional.
En Colombia, Mancuso ya fue condenado dos veces por la justicia transicional por los crímenes cometidos por cuatro grupos paramilitares que dirigió. Como está postulado a la Ley de Justicia y Paz recibió una pena alternativa de ocho años de prisión, pero lo que no está claro es si el tiempo que lleva en la cárcel de Estados Unidos cuenta como parte de su condena.
Los abogados de Mancuso y de otros extraditados han pedido a la Corte Suprema que aclare este asunto, pero aún no hay un pronunciamiento al respecto.
Hablan las víctimas
En mayo de 1999 las autodefensas incursionaron en el corregimiento de La Gabarra (Tibú), cometiendo una de las peores masacres en el departamento.
Yaneth Villamizar, hermana de Iván Villamizar Luciani, defensor del Pueblo en Norte de Santander, asesinado el 12 de febrero de 2001.
“Es una condena injusta y tampoco nos va a recuperar a nuestro ser querido. Otras personas, que solo han cometido un homicidio, han pagado más años de cárcel y Mancuso, que tiene tantas muertes, con esa rebaja de pena, va a pagar muy poquito”.
Nayides Casadiegos, líder de la Asociación de Familias Unidas por el Conflicto Armado de Norte de Santander.
“Es poca condena para todo el daño que hizo a este país. Me parece injusto que en solo 15 años pague las atrocidades que cometió. Todavía hay muchas muertes impunes en Norte de Santander. Él es el único que puede dar razón de tantas personas desaparecidas. Lo más lógico es que pague la condena en Estados Unidos y regrese a Colombia a pagar condena o a explicar y rendirle cuentas al país por lo que sucedió en el tiempo de la violencia”.
Porfirio Vélez, hermano de Tirso Vélez, político de izquierda de Norte de Santander, asesinado en 2003.
“Lo condenaron por narcotráfico, pero no por los crímenes cometidos en Colombia. Vale más el vicio de los gringos que la sangre colombiana. La verdad no está dicha sobre el caso de mi hermano. Lo justo sería que terminara de pagar su condena en Estados Unidos y fuera traído a Colombia a responder por los más de 30 mil crímenes cometidos en nuestra patria”.
Aura Inés Sarmiento (las AUC asesinaron a su esposo y un cuñado).
“Me parece injusta la condena. Yo represento a un colectivo de víctimas y no estamos de acuerdo con la sentencia por narcotráfico. El dilema es que por la Ley de Justicia y Paz Mancuso puede llegar a pagar esa condena en Estados Unidos. Él va a salir libre, pero la garantía de no repetición ¿quien nos la va a garantizar? Ese es nuestro temor. Además, aún no se han reparado a las víctimas. Considero que el Estado debe asumir la reparación ya que la Fuerza Pública fue cómplice de las AUC en Norte de Santander.
Wilfredo Cañizares, presidente de la Fundación Progresar de Norte de Santander
“Mancuso se ha dedicado a colaborar con la justicia en los temas nacionales y sobre Norte de Santander se ha ido por las ramas. Aquí no sabemos, por ejemplo, los vínculos que tuvo la clase política con el paramilitarismo. No hay un solo detenido por parapolítica en la región. Mancuso no ha dicho quiénes estuvieron detrás del asesinato de Tirso Vélez, Pauselino Camargo, Iván Villamizar Luciani y Carlos Bernal, además de 150 líderes sociales y dirigentes comunales, sindicalistas, dirigentes campesinos y mujeres de la izquierda que fueron asesinados por las autodefensas. Todavía no sabemos quiénes estuvieron detrás de toda esa oleada de asesinatos contra las organizaciones de la sociedad civil y la oposición democrática en el departamento. Mancuso necesita estar en Colombia para que diga la verdad”.
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