Los rastros de la muerte de Miguel Antonio Roa Moreno, de 30 años, quedaron plasmados en la habitación donde dormía con su pareja, sus hijos y dos sobrinos, la madrugada de ayer, hasta donde llegaron dos pistoleros para acabar con su vida.

A las 3:50 de la madrugada se inició el ataque a balazos que dejó muerto a Roa, cuando los agresores, vestidos de negro y que se identificaron como policías, llegaron hasta la habitación y sin importarles que cuatro niños durmieran en el mismo lugar, le dispararon de manera indiscriminada a la víctima.

Los agresores encontraron acostado a Roa, pero luego de los primeros impactos, él intentó pararse y volvieron a dispararle. La sangre quedó en la pared y en la colchoneta donde dormía la pareja.

Otras residentes del lugar recordaron la tristeza de uno de los hijos de la víctima, que aseguró en medio del hecho, que su papá le había prometido que pasarían juntos el Año Nuevo, pero al verlo sin vida terminó en llanto.

“Otro de los niños quedó con el brazo lleno de sangre y salieron con miedo de esa habitación. Fue una escena muy dura”, recordó una mujer que vive en la misma casa.

A pesar de que la compañera sentimental de Roa lo auxilió y trató de sacarlo a la carretera más cercana, su ser querido quedó sin vida en medio del callejón que comunica a la casa con la vía principal del barrio Pueblo Nuevo.

Hasta este lugar tuvieron que arribar los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para practicar la inspección y el levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.

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Temor en el hogar

El temible hecho de sangre que ocurrió la madrugada de ayer, generó temor entre los demás habitantes de esta vivienda.

Los juegos de los otros niños que habitan la casa, se cambiaron por momentos de miedo, desesperación y búsqueda para huir de este escenario mortal.

“Todos estamos buscando para donde irnos, porque realmente es temeroso seguir acá después de lo que ocurrió”, dijo una de las habitantes.

Por ahora, las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer los móviles de este homicidio e identificar a los agresores.

Sin embargo, los vecinos del sector prefirieron no entregar mayores detalles del hecho, por temor a represalias, por lo que hay pocas pistas de los agresores.

La Policía y la Brinho avanzan en las indagaciones para descartar cualquier hipótesis del hecho, debido a que este sector es frecuentado por consumidores y expendedores de drogas.