La última vez que Ana Luisa Rojas le dio la bendición al mayor de sus cuatro nietos fue a las 5:30 de la tarde del miércoles, exactamente cinco horas antes de que Yeimar Samir Forero Hernández, de 24 años, fuera asesinado de varios disparos.

El crimen ocurrió en la avenida cuarta entre calles octava y novena del barrio Doña Nidia, de la ciudadela Juan Atalaya, a las 10:30 de la noche.

Según se conoció, mientras Forero caminaba junto a otro hombre por este sector, dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta los interceptaron y le dispararon tres veces a Yeimar Samir; su acompañante corrió y se salvó del atentado.

En medio del llanto y el dolor, Rojas aseguró que con la muerte de Yeimar, perdió un pedazo de su corazón. “Ni la muerte de mi mamá me dolió tanto como la de mi muchachito”, dijo la mujer.

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Sin embargo, Ana Luisa es consciente de que las malas compañías que acostumbraba a tener su ser querido pudieron desencadenar el fatal suceso.

La mujer recordó que su nieto llegó en diciembre del año pasado de Bogotá a vivir con ella, a pocas cuadras de donde fue asesinado.

El comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Javier Barrera, aseguró que una hipótesis que se está investigando es que el crimen podría ser producto de un ajuste de cuentas por microtráfico.

La víctima tenía antecedentes por los delitos de hurto calificado y agravado y tráfico de estupefacientes.

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Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) practicaron el levantamiento del cadáver e iniciaron las pesquisas para esclarecer el hecho e identificar a los autores.